miércoles, 10 de junio de 2009

Sexta entrada. Recuerdos del baúl-Desesperación:

"Aquí mora una serpiente, de mil millas de largo
enroscada, a mil millas de profundidad
ojos como caramelos, tenía ojos como caramelos
duros y azules, pero suaves como las patitas de un gatito
fuera de toda vista o cualquier fuente luminosa
podría ser un demonio, podría ser un ángel
con arañas en su interior una visión del infierno
su espina dorsal como un grito vertical
lenta como el hormigón, borrosa como un sueño
se enrosca arriba y abajo en un eje de atrocidad
alimentada por la inercia, profundidad, radio y velocidad
su alma un retorcido caos de desesperación y dolor
y las arañas en su interior rezan para que llueva
matando el tiempo, matando el tiempo
y rezando para que llueva
a mil millas de profundidad"
J. O'Barr Desesperación



No muchas veces ocurre, no muchas. No es la oscuridad, es algo más dramático. No es la tristeza, es algo más punzante. Realmente no es un sentimiento que pueda residir en un ser humano cualquiera, sino en el que de verdad ve. Hay ojos que no ven, y yo los maldigo por no ser míos y es que a veces desearía ser parte de la corriente. En esta noche todo está distorsionado, no es mi mente la que piensa, sino mi "corazón". Me arrastraré, quizás pase desapercibido, quizás no se den cuenta de que existo, quizás no se percaten de mi ausencia...mis alas se rozan con sus pies, y ellos no hacen más que pisarlas, a duras penas consigo guarecerme en un rincón, oscuro, sucio y lejos, muy lejos. Ellos hablan, cantan, bailan, yo lloro...la cruda realidad. Y es que en noches como esta, desearía ser un árbol o una piedra como diría Rubén Darío. En noches como esta desearía ser parte de la corriente, desearía ser de los que sonríen...de nuevo todo parece lógico en la teoría, irracional en la práctica. Desearía pensar que no sirvo en este mundo y desaparecer, pero por desgracia, aún tengo cadenas que me unen, y no puedo cortarlas...soy demasiado estúpido y simple. Me mata el quién soy, me salva el no importa. No muchas veces ocurre que lloro en un rincón desconsoladamente simplemente porque lo necesito. No es la oscuridad lo que me rodea, es algo más frío, quizás tristeza materializada, pero tampoco es tristeza, la tristeza no me recordaría que está allí a cada segundo...quiero ser como el paisaje de mi ventana, quiero ser feliz por encima de todo...pero por otro lado quiero morirme...qué hacer cuando los polos de tus ideas están tan separados que se atraen. Quisiera saber si afectaría en algo el hecho de mi inexistencia a las vidas de los que me rodean, quizás tendrían menos problemas...

Esta vez no lucharé por mi, yo he perdido, esta vez lucharé por quien me necesita...ahora no tengo tiempo para preocuparme de mi, me guardaré en mi solitario rincón, olvidaré mi nombre...
"Goodbye, all you people
There's nothing you can say
To make me change my mind
...
Goodbye"
Siento no haber durado para siempre, no puedo aguantarlo...

viernes, 5 de junio de 2009

Quinta entrada. Amor:


No es posible. Acaba de caer, un piano toca la melodía que relentiza esta escena. Caes, tus cabellos, finos y largos, ondulan en el aire. Yo, con una mirada estúpida, observo impotente como caes. Caes, tus ojos claros se cierran, pronto dejarán de sufrir. Yo, gritándote, te imploro que te levantes. Caíste, y lo único que queda de tu calor se deposita en lo más profundo de mi corazón, lo único que queda de tus miradas y sonrisas, lo guarda mi cerebro. Por fin se abre lo que me separa de ti, el hierro al que tan fieramente me aferré para no ser víctima de daños. Viniste a salvarme, lo intentaste, intentaste sacarme de mi cárcel, y a cambio, destructivas balas de plata te han matado. Arrodillado, junto a lo que queda de ella, le pido por favor que no me deje, le cojo la mano, la beso, lloro. Ella me sonríe, de nuevo una sonrisa me mata y me da la vida, su cuerpo está ensangrentado, pero quiero creer que saldrá de la agonía victoriosa.

-No duré para siempre. (dice ella sonriente)
-Aún no has terminado de hacerme feliz, sin ti este mundo es una masa cruel de carne y cerebros, cerebros que buscan un descanso. (digo yo entre lágrimas)
-Yo estoy dentro de esa masa... (sus ojos se apagan)
-No, lo estuve yo, tú me sacaste, me diste el alma de la que ahora huyo.
-Tranquilo, chico, no ha acabado...aún...
-No te irás...
-Cariño, me esperan tras la barrera que separa los mundos, ahora eres verdaderamente humano, te he dado todo aquello que pude, y ahora he de irme.
-No, no te puedes ir, aún soy débil.
-Así debes ser...
Yo noto su frío, no se irá estando yo junto a ella, desesperadamente busco entre mis pertenencias. Promesas, ilusiones, desesperación y un alma, mis pertenencias son estas. Las promesas de felicidad, las ilusiones depositadas por los corazones inocentes y la desesperación de una felicidad que no llega, un alma que me fue entregado para seguir vivo, sin dudarlo...
Ella se despierta, se levanta, la sangre se ha coagulado, las heridas han cerrado, junto a ella, yo, junto a mi, una carta escrita con mi sangre:
"Querida, no tengo elección, en este mundo has dado demasiado, no puedo ser yo quien te arrebate de los corazones de los que necesitan tu ayuda. Has sido lo mejor que me ha pasado, y lo que me ha hecho permanecer aquí hasta ahora. Entre mis pertenencias había promesas, aquellas que te cedo porque tú eres capaz de cumplirlas, entre mis pertenencias había ilusiones, que serán despertadas por tu sonrisa en los corazones de los que necesitan tu ayuda, entre mis pertenencias había un alma, destinado a mi y a mi existencia...te la cedo, no es la vida una vida sin ti. Quizás para ti sea el mismo problema, pero sabes de dónde vengo, y sabes que volveremos a vernos. Entre mis pertenencias había desesperación, lo siento, pero me la he llevado a la tumba, desesperado porque vuelvas a sonreír.
Fdo: tu ángel"
Llena de las lágrimas de ella, la carta planea hasta llegar al suelo. Ella se arrodilla, se echa sobre mi pecho, llora. Intenta reanimarme, me golpea, me dice estúpido. He sido cruel al dejarla a ella viva con la carga de mi muerte, pero ella merece la vida, yo no. Ella será capaz de seguir, yo no. Sólo he sido su carga, y hoy, dejé de serla...Todo ha acabado, pero para ella no ha hecho más que empezar...


Y así termina la historia sobre la tristeza y la felicidad en el ser humano, ella es la tristeza que ha mantenido cuerda y fuera de peligro a mi felicidad. Vagará, y dará a los demás cordura, pero yo no estaré para ayudarla, debí haber muerto junto a ella, los dos, para convertirnos en la más bonita acción del hombre...