miércoles, 27 de mayo de 2009

Cuarta entrada. Noche:


-No tenía motivos para escribir, creo que hoy tampoco, pero haré un esfuerzo.-

"En la ciudad, donde los ángeles no se atreven a flotar y los demonios cantan baladas, el sexo de la noche deja caer su negro cabello narcótico bajo una luna opiácea y amarilla. Ahí va la sombra, un fantasma terrenal que tirita, no por el frío de la noche, sino por un erótico dolor. Le dice a su amante muerta: "Nunca debimos venir aquí, con una carne tan suave y unos corazones tan ingenuos, pero como los tigres entre la alta hierba, como cristo en el huerto de Getsemaní, nos tragamos el miedo y vinimos aquí". Ahora todas las atrocidades se proyectan de nuevo, como en una sesión de madrugada. "Vinimos aquí pero nunca debimos quedarnos. Aunque teníamos inercia, autonomía y aguante, cogimos el último tren hasta la muerte". El cuervo se refugia en un sueño roto, y el último sonido que le sale es...COMO UN GRITO CÓNCAVO" J. O'Barr The crow Cumpleaños de Sherry
Me encanta este texto; en la ciudad del mal, la noche es el refugio de lo oscuro y lo pecaminoso. Los recuerdos duelen, mucho, demasiado. Quiero pensar que se refiere a lo que pienso, pues me gustaría sentirme, de alguna manera, conectado a James, aunque sé que su historia es más dura. James perdió a su mujer a manos de un borracho, la impotencia y la ira lo mataron, de ahí que crease al cuervo. Un muerto, no murió aquel día, pero murió su alma, le arrebataron lo que más quería, para siempre...y él, al igual que yo, usó su imaginación para salir de ese agujero.
Hay cosas que escapan al control humano, es algo normal, ya que por muchas posibilidades que barajemos, se nos puede escapar la posibilidad que nos mata, hay veces que es mejor dejarse llevar para no lamentarse, pero eso es imposible, y las lágrimas terminan asomándose a mis ojos azules. Todo ha terminado y ha vuelto a la normalidad, sin embargo, sigo llorando junto a mi ventana, el por qué me mata, el cómo no hago más que sufrirlo.
Para reflejar que aún seguía vivo físicamente, que aún seguía siendo parte de lo que una vez fue, decidió hacer que una bala le cambiase el iris a su personaje, curiosamente, el color elegido para el sufrimiento, para el dolor, para la angustia, para el llanto, la ira, la locura...fuese el azul claro.
Aún todo no ha acabado, aún no...supongo que acaba de empezar. Llévame de la mano, es lo único que necesito, cariño, llévame de la mano.
"¿Recuerdas cuando dijiste: "¿Mía?" Y yo dije: "para siempre". Tú dijiste: "¿Sólo para siempre?"...Ahora tenemos la eternidad"

sábado, 23 de mayo de 2009

Tercera entrada.Efecto:




Un acto, un gesto, una simple mirada...todo eso y más puede cambiar muchas cosas, hoy me he dado cuenta. Ya predico que somos víctimas de nuestros actos, y estos, víctimas de nuestro ánimo y actitud, hoy aumentaría unas pocas dosis de morfina a la bolsita que me suministra el dulce néctar que inhibe mi dolor. Vivimos, como ya he dicho, en un triste mundo, pero a la vez de triste, es divertido, nos da la opción de ponernos una máscara que nos cambia. En un mundo en el que reina la mentira, y aconseja la falsedad, una máscara nos da sinceridad. Es curioso, el elemento que usamos para escondernos es el mismo que el que nos enseña a todos tal y como somos. El ejemplo de esto es la extendida festividad americana llamada Halloween. Tenemos un día, del cual solemos aprovechar horas, para escondernos tras un disfraz, para crear una nueva vida. Os preguntaréis el por qué, esta vez no os haré destrozaros la cabeza intentando entederme:
Cuando alguien tiene una máscara, se esconde tras ella, lo hace porque trabaja, diversión o porque odia su vida. En el trabajo, nos intentamos identificar con el personaje para facilitarnos la tarea de interpretarlo. Cuando lo hacemos por diversión, intentamos cambiar por un tiempo, la que es nuestra vida...somos un fantasma, un zombie, un dios, etc. Los que odian su vida, encuentran en el disfraz, la posibilidad de olvidar su vida, la posibilidad de alejarse de la realidad, entrar en un mundo en el que somos felices, nada nos frustra, etc.
De esta manera, queda demostrada la felicidad que transmite un disfraz. Pero hay algo más seductor incluso que un disfraz, es la propia destrucción del hombre, el diablo que vive dentro del hombre. No me refiero a otra cosa má que a un invento monstruoso. Muchos de vosotros seréis víctima de este sensual baile de la locura y el desenfreno que vive dentro de nuestras mentes. No me refiero a otra sustancia más que al alcohol. Esta sustancia es mi asesina, no directa, pero transforma lo bueno y aumenta lo malo de cualquier humano...es capaz de abrir las puertas que cierran las posibilidades de acción, aquellas cerradas por nuestros propios principios, esta sustancia hace que nuestros labios se vuelvan pecadores, y nuestros puños los peores asesinos del mundo...esta sustancia ha estado a punto de matarme y de hacerme suicidarme en más de una ocasión pero hoy más que nunca me ha hecho daño a mi, le ha hecho daño a mi alma y me ha dado más dolor de cabeza...hoy, más que nunca, maldigo las creaciones humanas, maldigo los difraces que enseñan otra cara, la posibilidad de cambiarnos no debería existir...hoy he descubierto que un puño puede destruir una palabra cuando ese puño es ayudado por el alcohol. Sin embargo, hoy no ha sido la represión más dura contra mi estilo "extraño" mis ansias de conocimiento, pero quizás haya sido la última. Hoy no es un día alegre, pero en el futuro espero poder alegrarme de que mis huesos sigan sin roturas, y mi sonrisa no se vea afectada por una brecha...
De esta manera veo un esquema vital que no seguiré. No quiero hacer daño a nadie con la simple excusa de que lleve puesto un disfraz, no quiero ser el culpable de noches de llanto, de reflexiones interminables sobre la finalidad de la existencia de un ser querido...al fin y al cabo, quiero dar felicidad, no frustración.

viernes, 22 de mayo de 2009

Segunda entrada. Nieve:


Helado, caigo del cielo sin manta, choco contra el suelo, junto a mi, más como yo pero ellos no sobrevivieron, ando con unas piernas frágiles, busco el amparo de un corazón caliente que haga sobrevivir la llama que mantiene viva mi alma. Helado caí del cielo, y poco a poco, mi temperatura se alza por encima de mis ánimos, demostrándome que mi corazón lucha por levantar a mi cerebro. Con el tiempo, me vuelvo líquido, todo se masifica, todo se vuelve más simple y complejo...todo cambia. Mis compañeros, muertos, corren conmigo en una corriente que no parece terminar, calles recorremos con el único fin de reunirnos junto al calor del único corazón latente, el mío. La temperatura de mis compañeros hace que la llama de mi alma se apague poco a poco, pronto me apagaré, sin haber encontrado ese corazón que me levante aunque mis piernas desistan, que me escuche aunque me quede sin voz y que me haga entender el motivo por el cual...todo es tan simple y tan complejo. Pronto...segundos...menos incluso...todo va a terminar, me dispongo a escuchar el dulce y narcótico susurro de la muerte, que embriague las débiles neuronas de mi mente. Alzo los brazos por hacerlo todo más rápido, sin embargo...no es la muerte lo que me esperaba tras el frío...el sol calienta mi sangre, todo fluye de nuevo, mis compañeros abren los ojos, todos nos levantamos, ahora tenemos fuerzas que pueden cambiar nuestro destino, y lucharemos por cambiarlo. Volamos hacia un destino incierto que tiene como meta el principio, pronto llegaremos al cielo, y allí, descubriremos por qué caímos.
Qué dulce sorpresa al saber que caímos por propia voluntad, aún estando en el cielo quisimos volar por encima de nuestras capacidades, helándonos al ver lo cruel del exterior. No somos más que víctimas de nuestro ánimo...Primero luchamos por sobrevivir, después por mantener vivos a otros, después por saber, y por último, decidimos que sería divertido volver a empezar. Es nuestra vida, es única, y es la más admirada de todas...¿quién fuese gota para surcar el aire, para golpear la tierra con fuerza y para volver a hacerlo tantas veces quiera?
Siempre nos quedará la observación de cada gota y soñar con que estemos todos equivocados, es decir, que tras la muerte, exista la posibilidad de repetir experiencia.
Bienvenidos, pues, al mundo de mis más sinceros sueños...

miércoles, 20 de mayo de 2009

Primera entrada. Saludo:


Bueno, éste es mi primer blog, supongo que me servirá para descargar mis sentimientos sobre las letras. Me dirijo al leyente por el pseudónimo de Needle, die Gefallenen Engeln.
No tengo muchos problemas, pero soy adolescente y tengo la capacidad de agrandarlos mentalmente y hacer un mundo de cualquier problema mínimo. No es el momento más feliz de mi vida, pero tampoco el más triste, es quizás el más solitario, y el que, supongo, más experiencia me dará. Creo que es cruel que a mi corta edad tenga una visión tan negra del mundo, aunque sé que muchos ven oscuridad donde esta se produce por la cantidad de rosas a su alrededor...mi mundo es distinto, no soy la víctima, tampoco el asesino, pero sí el condenado por cada acto no pensado fríamente. Vivo en un mundo en el cual cada fallo tiene una pena de tardes llorando o de intentos de suicidio, un mundo en el que todo el mundo lucha por sobrevivir sin importarle nada más, donde cada uno busca su propia felicidad...eso, al menos desde mi punto de vista, es muy triste.
Me encanta mirar por mi ventana, aunque pocos se lo creen, es divetido ver cada día el mismo tipo de gente, que con el paso de los años evoluciona, cambia y se relaciona de manera distinta y con gentes distinta, la visión neutral de una zona donde no se respira excesiva felicidad...Amo escuchar los problemas de los demás e intentar darle al propietario del problema, una revelación, es decir, hago ver el problema mucho más pequeño gracias a alguna frase que se cuele en sus sienes, supongo que inconscientemente me alegra saber que las vidas perfectas no existen, que todos tienen problemas, aunque siempre he dicho que ver que alguien está peor que tú no debe alegrarte, si no entristecerte, ya que se supone que todos debemos ayudarnos...aunque esa es una visión cristiana y yo soy ateo, pero es la verdad.
Conforme pase el tiempo seguiré escribiendo en mis ratos libres, como método para liberar la presión que ejercen las penas sobre mi cabeza, ahora...tengo que dormir para que no me estalle la cabeza.