sábado, 23 de mayo de 2009

Tercera entrada.Efecto:




Un acto, un gesto, una simple mirada...todo eso y más puede cambiar muchas cosas, hoy me he dado cuenta. Ya predico que somos víctimas de nuestros actos, y estos, víctimas de nuestro ánimo y actitud, hoy aumentaría unas pocas dosis de morfina a la bolsita que me suministra el dulce néctar que inhibe mi dolor. Vivimos, como ya he dicho, en un triste mundo, pero a la vez de triste, es divertido, nos da la opción de ponernos una máscara que nos cambia. En un mundo en el que reina la mentira, y aconseja la falsedad, una máscara nos da sinceridad. Es curioso, el elemento que usamos para escondernos es el mismo que el que nos enseña a todos tal y como somos. El ejemplo de esto es la extendida festividad americana llamada Halloween. Tenemos un día, del cual solemos aprovechar horas, para escondernos tras un disfraz, para crear una nueva vida. Os preguntaréis el por qué, esta vez no os haré destrozaros la cabeza intentando entederme:
Cuando alguien tiene una máscara, se esconde tras ella, lo hace porque trabaja, diversión o porque odia su vida. En el trabajo, nos intentamos identificar con el personaje para facilitarnos la tarea de interpretarlo. Cuando lo hacemos por diversión, intentamos cambiar por un tiempo, la que es nuestra vida...somos un fantasma, un zombie, un dios, etc. Los que odian su vida, encuentran en el disfraz, la posibilidad de olvidar su vida, la posibilidad de alejarse de la realidad, entrar en un mundo en el que somos felices, nada nos frustra, etc.
De esta manera, queda demostrada la felicidad que transmite un disfraz. Pero hay algo más seductor incluso que un disfraz, es la propia destrucción del hombre, el diablo que vive dentro del hombre. No me refiero a otra cosa má que a un invento monstruoso. Muchos de vosotros seréis víctima de este sensual baile de la locura y el desenfreno que vive dentro de nuestras mentes. No me refiero a otra sustancia más que al alcohol. Esta sustancia es mi asesina, no directa, pero transforma lo bueno y aumenta lo malo de cualquier humano...es capaz de abrir las puertas que cierran las posibilidades de acción, aquellas cerradas por nuestros propios principios, esta sustancia hace que nuestros labios se vuelvan pecadores, y nuestros puños los peores asesinos del mundo...esta sustancia ha estado a punto de matarme y de hacerme suicidarme en más de una ocasión pero hoy más que nunca me ha hecho daño a mi, le ha hecho daño a mi alma y me ha dado más dolor de cabeza...hoy, más que nunca, maldigo las creaciones humanas, maldigo los difraces que enseñan otra cara, la posibilidad de cambiarnos no debería existir...hoy he descubierto que un puño puede destruir una palabra cuando ese puño es ayudado por el alcohol. Sin embargo, hoy no ha sido la represión más dura contra mi estilo "extraño" mis ansias de conocimiento, pero quizás haya sido la última. Hoy no es un día alegre, pero en el futuro espero poder alegrarme de que mis huesos sigan sin roturas, y mi sonrisa no se vea afectada por una brecha...
De esta manera veo un esquema vital que no seguiré. No quiero hacer daño a nadie con la simple excusa de que lleve puesto un disfraz, no quiero ser el culpable de noches de llanto, de reflexiones interminables sobre la finalidad de la existencia de un ser querido...al fin y al cabo, quiero dar felicidad, no frustración.

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