viernes, 22 de mayo de 2009

Segunda entrada. Nieve:


Helado, caigo del cielo sin manta, choco contra el suelo, junto a mi, más como yo pero ellos no sobrevivieron, ando con unas piernas frágiles, busco el amparo de un corazón caliente que haga sobrevivir la llama que mantiene viva mi alma. Helado caí del cielo, y poco a poco, mi temperatura se alza por encima de mis ánimos, demostrándome que mi corazón lucha por levantar a mi cerebro. Con el tiempo, me vuelvo líquido, todo se masifica, todo se vuelve más simple y complejo...todo cambia. Mis compañeros, muertos, corren conmigo en una corriente que no parece terminar, calles recorremos con el único fin de reunirnos junto al calor del único corazón latente, el mío. La temperatura de mis compañeros hace que la llama de mi alma se apague poco a poco, pronto me apagaré, sin haber encontrado ese corazón que me levante aunque mis piernas desistan, que me escuche aunque me quede sin voz y que me haga entender el motivo por el cual...todo es tan simple y tan complejo. Pronto...segundos...menos incluso...todo va a terminar, me dispongo a escuchar el dulce y narcótico susurro de la muerte, que embriague las débiles neuronas de mi mente. Alzo los brazos por hacerlo todo más rápido, sin embargo...no es la muerte lo que me esperaba tras el frío...el sol calienta mi sangre, todo fluye de nuevo, mis compañeros abren los ojos, todos nos levantamos, ahora tenemos fuerzas que pueden cambiar nuestro destino, y lucharemos por cambiarlo. Volamos hacia un destino incierto que tiene como meta el principio, pronto llegaremos al cielo, y allí, descubriremos por qué caímos.
Qué dulce sorpresa al saber que caímos por propia voluntad, aún estando en el cielo quisimos volar por encima de nuestras capacidades, helándonos al ver lo cruel del exterior. No somos más que víctimas de nuestro ánimo...Primero luchamos por sobrevivir, después por mantener vivos a otros, después por saber, y por último, decidimos que sería divertido volver a empezar. Es nuestra vida, es única, y es la más admirada de todas...¿quién fuese gota para surcar el aire, para golpear la tierra con fuerza y para volver a hacerlo tantas veces quiera?
Siempre nos quedará la observación de cada gota y soñar con que estemos todos equivocados, es decir, que tras la muerte, exista la posibilidad de repetir experiencia.
Bienvenidos, pues, al mundo de mis más sinceros sueños...

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