viernes, 16 de diciembre de 2011

43ª entrada. Melancolía y manzanas con caramelo:

"Tienen un parecido, ambas son dulces."
    No sabemos muy bien por qué, pero ahí está, sentadito en su banco, en un banco frío en un caluroso verano terminal, en el calor de lo que se acaba pero sientes intensamente, en el calor de lo que apuras.
    Ahí está, junto a ella, junto a su pelo, junto a su calor, tan juntos como la física puede permitirles.
    Él mira hacia arriba, la Luna está mandando a su millar de brillantes ilusiones que se disparen a sus ojos, que lo empujen a hacerlo.
    Por más que mira no encuentra más que razones para cuestionarse. No es feliz, lleva tiempo sin serlo, y sus palabras, las que salen de la boca de la chica, son lo único que le animan el día. Sus besos le calientan los sueños de épocas glaciares y su voz chirría en su espíritu obligándolo a funcionar, mas no es feliz, nada los une, sólo besos furtivos y "te quieros" encerrados en protocolos que nadie escribió ni firmó, pero todos saben que están ahí, con tinta más visible que lo que sienten el uno por el otro.
"Tontos los enamorados que viven de su desconsuelo, nunca se quieren, se aman, pero no lo saben...y sufren."
    Ahí está, pensando cómo decirle que sus "te quieros" van más allá de lo que los protocolos dictan, que infringió sus mil leyes por estar con ella y que centinelas en sus fronteras lo vigilan, que cada palabra que dice lo condena y que sólo la muerte lo alejaría de ser la infeliz tristeza que vaga desde que le partieron el corazón.
    Ella no es del todo consciente de la situación, por su parte, la vida gira en torno al agua que fluye, entorno al aire que los rodea y entorno a las voces que los cubren. Tazas de té y café que chocan contra la porcelana en chillidos secos que les piden sinceridad, pero en idiomas que desconocen. Risas de bar y cafetería que los acorralan, enseñándole sus futuros momentos felices, enseñándoles lo que pueden ser, pero no lo son por el miedo, la angustia, los "y si's" y los largos periodos renovando el pericardio.
    Al margen del tiempo que llevan sentados, ella sobre él, el brazo de él sobre su pelo, perdiéndose en un laberinto en el que querría perderse a menudo, ella aún no se ha dado cuenta de que él está mirando hacia el telón que los cubre, el telón que les indica lo importantes que son y cuánto lo podrían ser si se escondiesen bajo sábanas.
    Por fin, ella levanta su cabeza sin molestarle y se da cuenta de la situación, preocupada, le pregunta:
-¿En qué piensas?
    Él no sabe muy bien qué contestar, así que deja hablar a su amigo, a su fiel amigo, al que coge las riendas cuando sus dedos bailan sobre las notas y escriben la partitura sin partirse, al amigo que lo apoyó y que lo apoya, a quien le debe tanto y tan poco. Su amigo, sin torcerse, comenta la verdad:
-La verdad es que no pienso, me decanto.
    Ella se extraña, muestra su confusión:
-¿Qué quieres decir?
    Él coge aire y habla, sin guiones ni amigos, sin estrategias ni armas, se lanza a un combate que sabe que perderá, desde antes de plantearse que tendrá que pelear.
-Llevo un rato cuestionándome cómo decirte que te quiero, más allá de cuantas veces lo diga, y que quiero poder decírtelo cada día, cada segundo, a cada instante y momento. Quiero poder decir que soy tuyo más allá de lo que te entregue porque tú me aceptas, quiero encontrar la manera perfecta de pedirte una vida juntos, pero no la encuentro. Quiero que sea perfecta, así que he pasado desde un "¿quieres vivir conmigo para toda nuestras vidas?" a un "me gustaría vivir contigo toda mi vida" porque es así, siento que te necesito y que no hay frase que exprese lo que te quiero decir, por éso, no te preocupes, primero encontraré la frase, luego te la soltaré. Más tarde fruncirás tus labios describiendo confusión, más no importa, lo importante es que sepas que vivo enamorado de ti y que no tienes restricciones a la hora de jugar conmigo porque no me romperé, bien porque estoy roto o bien porque una palabra tuya me recompone...quiero atreverme a ser feliz y quiero atreverme contigo.
"Y perderá, perderá el día que ella lo olvide, como olvidó sus juguetes."

lunes, 28 de noviembre de 2011

42 entrada. El color del llanto. El llanto más blanco:

"Al caminar hacia el frío del invierno se te seca la boca, moquea tu nariz y tu garganta se hace amiga de una irritación que te hace hablar como si quisieses cantar soul. Tu cuerpo se pone en contra, aún más, cuando se enfrían tus lacrimales."
Más de una vez conté que me gustaba mirar por mi ventana, dejé de hacerlo porque no era viable, el mundo giraba a otra velocidad, a la velocidad que me hacía pensar que iba descontextualizado, a la velocidad a la que va Fry cuando bebe 100 cafés y es capaz de ver el vuelo de un colibrí. A la velocidad a la que matan las balas o salvan los latidos, a la velocidad del pensamiento y de la muerte. A la simple definición de velocidad, mientras que yo la perseguía con paso de torpe cómico que lleva ritmo lento.
Mientras la vida derrapaba en cada curva del destino, yo la cogía con miedo a caerme y casi siempre lo hacía, no tardaba mucho en besar el suelo frío de los mil inviernos que han pasado por delante mía.
Así pues, creo que, la mayoría de las veces que he escrito, lo he hecho cuando resbalaba sobre el hielo del deshielo, sobre la muerte de la vida y sobre la sonrisa de los condenados. En cualquier caso, lo hice sentado sobre un suelo que me enfriaba el culo y los huesos, un frío que me hacía querer levantarme, por éso mis dedos se deslizaban sobre el teclado como si bailasen un tango mortal o como si hiciesen breakdance.
En este caso, las lágrimas caen oscilantemente, como una hoja que se independiza, de un lado a otro, balanceándose sobre la vida. Describen un movimiento en zig-zag porque esquivan palos y demás reveses de la vida, lo describen porque saben bailar, porque conocen la música y gustan de mostrarlo con un ritmo claro y divertido.
La gente disfruta de tales partículas, caen dulcemente con sonrisas de niños, con trineos que se renuevan o con abrigos incómodos que dan igual, las partículas alegran al reflejar el sol tanto que puedes hasta quedarte ciego.
La vida debe ser, por tanto, del color de la nieve, ¿de qué otro color puede ser un llanto? No tendría sentido que el llanto fuese de otro color porque la alegría es la vida y la vida es blanca, como la nieve, como la sonrisa de los niños o como la palidez en la muerte. La vida es blanca...o no...
Cuando la gente vive sobre sus posibilidades, derrapa...pero no tan bien como la vida, no con tan buenos resultados, cae y revienta su alma. Los llantos blancos generan euforia y, la euforia, nos lleva a acelerarnos en las curvas. Dejamos a un lado nuestro ritmo y nos ponemos el disfraz de corredor...y corremos...hasta que caemos, hasta que destrozamos nuestro escuálido cuerpo con un suelo frío y duro, tanto como el hielo, tanto como la vida.
No somos capaces de aguantar lo que deberíamos, así que, cuando nos quitan cargas y nos volvemos livianos, corremos felices, llorando lágrimas blancas de emoción y felicidad...hasta que de nuestras lágrimas de emoción y felicidad sólo queda un reguero de agua salada que serpentea por el gélido suelo, bailando con un reguero, aún mayor, de sangre caliente que derrite la realidad que construimos y deja ver el hielo con el que resbalamos...
Vivimos, pues, por encima de lo que podemos en cuanto se nos permita...
Somos algo más que pobres niños inconscientes, pero no mucho más...por éso lloramos de emoción y mezclamos nuestra emoción con el sufrimiento del próximo llanto, por éso el segundo llanto es rojo...

miércoles, 23 de noviembre de 2011

41ª entrada. El color del llanto. Introducción:

Todo comienza con una risa, todos lo ponen en duda y creen que empieza con un llanto, pero no, es una risa.
¿Se preguntan de qué hablo? Hablo del nacimiento, hablo del momento mismo en el que se concibe la vida y su sentencia. Los infantes no nacen del llanto, nacen del placer o del odio, del oportunismo o de la salvajada, nacen de una risa y, algunos, con un llanto parejo.
Todos se parecen, todos se deben a un escupitajo del destino sobre la diana del alma y ésta se cuela entre las rendijas de la carne para permanecer dentro hasta que se forma la víctima y ésta, como tal, llora...pero no nace llorando, nace entre risas.
Suelen acariciar las barrigas porque dentro está un alma girando y girando para no perder calor, por éso las caricias son circulares, porque las almas giran, como la tierra, como los borrachos o los que se van a marear, "y, sin embargo, gira", por supuesto se refería al alma.
Cuando terminan de generarse intrauterinamente salen, puede ser antes de que el alma se haya asentado totalmente en su cuerpo y puede perderse, por tanto, entre la comodidad y la realidad.
Todos flotamos en un líquido amniótico que, a mí, siempre me ha recordado a sueño, si pronuncio amniótico mis párpados flotan de igual manera sobre el mundo de Morfeo y besan musas del sabor del azúcar que olvido una vez termina la risa. ¿Si todos flotamos sobre lo mismo, y todos tenemos alma, quiere decir que el líquido amniótico tiene parte de alma? No, el líquido amniótico es la esencia del eterno sueño, las almas están despiertas siempre, lo que nos falla es la memoria, pero antes del parto sentimos y nos contraemos de rabia cuando nuestro equipo de fútbol pierde o cuando la bolsa crackea, pero sobre todo cuando tenemos más hambre que nuestra madre porque, sobre todo, somos parte de una circunstancia exterior.
Da igual dónde nazcamos, lo hacemos entre líquido amniótico, pero no da igual dónde nazcamos, porque no siempre lo hacemos con un pan bajo el brazo.
Decía un músico que el país de nacimiento no es más que la maceta donde cayó nuestro polem y no es mentira, las fronteras están creadas para que cada abono de maceta sea distinto, así, los que primeros fueron conscientes de que podían crear fronteras resistentes, lo hicieron.
Todos teníamos comida y abastecimiento, pero nos encauzamos en la vida del sobrepeso de occidente y, para el resto, el progreso decadente. La gente no necesita seda, pero la tiene, arrastrando los cultivos de maíz a donde no hacen falta y los de seda a donde no hace falta. Nadie que recoja seda llevará un traje de seda, pero la recolecta.
Así pues, es cómodo quejarse desde un sillón, con mi teclado y mi taza de "I love London", mas no lo haré, no me quejo, me siento afortunado porque tendrías que tirar una moneda y que cayese 6 veces del mismo lado para tener tanta suerte como yo, por éso no me voy a quejar, lo que voy a hacer tampoco es reivindicar, lo que quiero hacer es revelar.
Las lágrimas no caen igual allá donde las veas, en algunos lugares describen una curva perfecta, en otros, caen de forma llana, sin interrupciones...me refiero a los mofletes y sus causas.
Sin más dilación, que comience la función:

martes, 1 de noviembre de 2011

40ª entrada. Baño de ilusiones:

"No solemos ser más de lo que somos aunque se nos pida un esfuerzo extra en determinadas ocasiones. Botamos entre nuestros límites como la bola entre las barras de ping pong del spectrum."

Dio una carrera hasta el borde, a cámara lenta, como si la cámara del tiempo que lo grabase estuviese defectuosa y no pudiese ir más rápido, en tono sepia.
Es curioso como, aunque tengas ropa, si es ancha y corres, notas el viento fluir abrazando todo tu cuerpo, como si te tuviese cariño y no quisiese poder saborearte tan poco.
Llegó al borde y saltó, como saltan los paracaidistas, como saltan los acróbatas o los que tienen un charco delante de ellos. No sintió más que su respiración durante el salto. Sus brazos casi giraban, sólo casi, no pretendían hacerlo...es el deseo del ser humano volar, lo intenta, intenta asemejarse a lo que vuela, aprendemos por imitación, como nuestros antepasados evolutivos, aquéllos que no guerrean pero son inferiores, aquéllos.
Choca con el agua, el agua se aparta con respeto de la zona de impacto, como invitando al ser a que entre. Salpica hacia fuera, se aleja, no quiere molestar pero hace ruido para quejarse de la falta de respeto de quien entra, no la trata como ella, no entra despacio, entra de forma veloz, con la prisa del que desaparecerá...el agua no desaparecerá...
Se deja hundir, poco a poco desaparece la existencia, sólo queda su esencia rodeada de fria inexistencia, de materia inorgánica respetuosa con su esencia, respetuosa pero indiferente, como el botones que lleva las maletas del huesped a su habitación.
De repente nota que ya es suficiente, sus extremidades, que se habían dejado llevar, vuelven a moverse hasta que avanza hacia la superficie, poco a poco, sin prisa, sin cansancio, sólo necesidad lejana de volver a respirar, de volver a demostrar que sigue con vida.
Llega a la superficie sin problemas, respira hondo sin hacer ruido, odia la gente que respira todo sin compartir, que se lo traga todo para sí. Mira al techo inexistente, mira a la bóveda que lo cubre, una nocturna y luminosa capa de negrura extraña. Estrellas que escupen su energía en forma de luz y demuestran al personaje que sigue existiendo con un cuerpo efímero, imperfecto, labrado por siglos de evolución lenta y con millones de excluidos para continuar la serie.
Se mueve sobre la superficie apartando al respetuoso material líquido mientras éste viaja sobre su hombro, gotas viajeras que endulzan su vida con un viaje a la velocidad de la materia viva.
Llega al borde y se remonta sobre sus brazos, fuertes para matar una hormiga, débiles para tirar hormigón. Se postra ante la realidad al poner la rodilla sobre el borde y sin levantar la cabeza en todo momento, con la visión en el, cada vez más lejano, suelo.
Se quita la ropa mojada, si antes cubría su cuerpo ahora intenta asfixiar con su abrazo del que tiende a morir y se aferra a la vida, con el abrazo del que no puede con su peso y necesita apoyo...mas le da igual, se quita la ropa.
Su toalla está seca, esperando, como si su existencia no fuese otra que servir a la humanidad por ser un fallo de costura, benditos fallos que nos han dado la vida. Malditos fallos por ser causa de todos los desarreglos de nuestras vidas.
Se seca lentamente, con respeto a su cuerpo, pero no al agua. Respeta su existencia y lo que la cubre, respeta lo que le dieron pero no lo que consigue.
La toalla cae sin fuerzas, exhausta, pero le da igual, es insensitiva.
Anda despacio, respeta el silencio, odia hacer ruido al golpear con los talones el suelo, anda casi de puntillas, sin zapatos ni calcetines, sin zapatillas ni bolsas de basura que cubran lo que cubre la realidad.
No queda nada del cielo oscuro y estrellado, desordenado, como si un dios hubiese jugado con las estrellas y le diese pereza recogerlas, como si un niño hubiese creado el entramado y hubiese dado cuerda al tren...que descarrilará. Descarrilará porque el niño está cenando y el tren corre hacia las desordenadas estaciones, habrá giros imposibles y lo sabemos, rezan/rezamos para que no descarrilemos, nadamos en nuestra propia conciencia buscando razones para que nuestro tren no descarrile...
Nadó durante años en su pequeña parcela de agua a la que llamamos piscina..."Su pequeña parcela"..."Su pequeña parcela"...¿Creéis que un dios permitiría que sus creaciones..."Sus creaciones"..."Sus creaciones"...tuvieran posesiones? Podemos darle una espada a un jueguete o un teléfono, una pistola o una cuchara, pero no serán suyas, desaparecerán al poco, nuestra imaginación se las arrebatará, seguirán siendo del dios...y el juguete pensará que era suya...pero no lo era...como su vida no le pertenece...
¿Alguien ha hecho jugar a sus juguetes a los juguetes? ¿Así se siente un dios?
Un dios se dejó los juguetes sin recoger mientras cenaba y los juguetes jugaron...Un niño nos tiró y nos sentimos importantes.

lunes, 17 de octubre de 2011

39ª entrada. Music's in the air:

El jazz inunda mi habitación con un suave contoneo, Frank se cuela por mis pabellones auditivos y suelta su flow estelar para concederme, una vez más, un respiro mental.
Es curioso como el susurro de la música puede jugar tanto con un estado anímico, un pensamiento o una idea...vivir prendado a un baile metafísico, sí...
Así empieza la saga del tango donde el romance se carga la frívola realidad con una rosa en la boca y promesas de cama excitantes o el breakdance o la capoeira donde el baile casi se mezcla con la lucha, un momento en el que posee la sintonía al alma y la hace vibrar y expulsar todo lo que le sobre a través de energía.
Hay algo que siempre he envidiado de Frank, su capacidad para parecer feliz pese a que se ahogue de vaso en vaso luchando contra la vida porque no se disipe desde su hígado, es curioso, pero no contagioso.
La música siempre ha estado presente en este mundo en el que vivo, desde la cuna hasta la tumba espero que me acompañe y me mezca desde el principio al fin, que mis párpados caigan de excitación, mis labios sientan mis dientes y que mi cerebro subsista con un trozo de aire durante un rato, olvidándome de que mi alma se escapa por cada poro de mi piel y baila salsa con mi cuerpo, muerto donde sea, sobre la silla, la cama o el asfalto mientras camina en modo piloto automático.
Música; motor y combustible.

sábado, 8 de octubre de 2011

38ª entrada. Empatía y otros delirios sociales:

Reflexión sobre la vida. Las invasiones bárbaras.

Es curioso como el dolor ajeno es siempre tan distante, tan lejano, tan "contraempático"...decimos que sentimos el dolor, la pena o la tristeza de otras personas así como su alegría, felicidad o euforia, sin embargo, no es tan simple.
En primer lugar, en caso de que sintiésemos, realmente, lo que otra persona siente, estaríamos condenados a lo que el primer individuo sintió junto al segundo individuo, a partir de lo cual, se generaría una escalera de sentimientos iguales transmitidos de un individuo a otro. No sabemos qué sentimientos serían ni en qué magnitud, pero sería lo único y sería porque sentiríamos continuamente lo que sienten otros, así que nos retroalimentaríamos del sentimiento de otros...pero si algo contradice ésto es que nuestros sentimientos, dolores, frustraciones o deseos se encuentran tan cercanos a nosotros que nos cuesta separarnos de ellos.


La vida siempre ha sido un enigma, más incluso que la muerte(Llega tu momento, te paras mientras duermes o te asfixian los músculos de tu garganta o te desangras...dejas de vivir...). Nadie ha sabido entenderla y, si lo ha hecho, nunca sabremos cuál de las posibles reflexiones sobre la misma es la correcta, es el eterno problema de los mortales; la elección. Vivimos por y para elegir, lo que desecha otras elecciones...así que más que elegir, lo que hacemos es desechar...vivimos continuamente perdiendo otras oportunidades que luego lamentamos en un periodo más o menos largo de tiempo. Desde "no me debería haber comprado este paquete de patatas" a "no debería haberme casado con alguien como quien duerme en mi cama conmigo". Evidentemente no negamos de forma absoluta, al menos la mayoría, al menos yo, al menos los pensamientos más cercanos a mí y desde los que escribo, todo lo que desechamos. Al menos en mi caso, me gustaría saber qué hubiese pasado si... pero nunca sabes qué hubiese pasado sí... sólo te remontas al momento de tu vida en el que tenías que elegir y recreas tu vida de forma que haya o un campo de rosas o un campo de espino, dependiendo del sentimiento más próximo que te inunde o lo realista que seas.


Siempre hay una situación desencadenante en la vida inentendida de todo mortal con "raciocinio" que crea una corriente de sentimientos nuevos para él, dulces o amargos, da igual, aparecen de todos modos y, de la misma forma que pretendemos la homeostasis, nos dedicamos en esfuerzo absoluto a paliar el cambio(tanto si es dulce como amargo si somos inteligentes). Lo que nos resulta amargo nos quita tiempo de vida, tanto presente, en el que nos volcamos a desdicharnos o a sufrir quemazón a la altura de la vida o futuro, hay diversos estudios que demuestran que la vida se acorta si llevas una vida triste y taciturna...pero no puedes evitar sentir lo que sientes porque es tuyo y nadie puede reemplazarlo simplemente porque siente felicidad, nadie dona sus sentimientos, sería como vaciar su vaso por el tuyo y, ¿hasta qué punto alguien está dispuesto a dejar de saciar su sed por darte a ti el agua? Si volvemos al principio da igual lo feliz que estés, en una cuestión vital tus deseos e intereses son primordiales a los de cualquier otro individuo, es una cuestión de cercanía con el deseo...sin embargo, siempre ha habido mártires o gente que ha olvidado su propia vida por la de otros, así como gente que se vuelca en cuidar a discapacitados o gente que va a comedores benéficos a quitar hambre a la población de algún lugar...¿dónde metemos a toda esta gente?¿Acaso son gente con delirios?¿Gente loca que debería estar en un centro de salud mental donde sus cuidadores son gente a la que ellos cuidaron?¿Acaso no son animales "racionales"?


La verdad es que nunca te planteas como una hormona puede transformar tanto tu mundo, pero sí es verdad, hay hormonas que cambian tu forma de ver las cosas, tus posturas frente a conversaciones o incluso tus gestos. Da igual por qué se secretaron, el caso es que salen y revientan tu mundo desde la parte más interior, demostrándote que estás a merced de un sistema endocrino que ni siquiera puedes, realmente, controlar y que, además, degenera con el tiempo, descubriéndose en el mismo fallos o lentitudes. Así que bien, eres controlado por un sistema decadente que no está construido de forma racional. Si lo miras desde una posición más lejana, se dedica a arreglarse aunque éso signifique tener un dolor en una zona en un momento en el que necesitas esa zona para seguir vivo. Inflamaciones y otros daños aparte, el dolor psicológico-mental-emocional está caudalado por cosas que ni siquiera entienden de sentidos, cosas que no han vivido...es como poner en un cargo público a una persona que ni siquiera ha terminado la ESO y que es un antisocial, su puesto está evocado al fracaso y, con ello, a la caída del imperio público.


Así pues, aquéllo que nos hace sentir, tanto lo dulce como lo amargo, también nos mueve a movernos en contra de lo que ello mismo nos dice. Sí, se contradice. Puedes tener sed y, a la vez, ganas de darle tu vaso de agua a alguien que tiene la misma sed que tú...y le das tu agua porque la oxitocina así lo manda sobre el propio instinto de supervivencia.


Finalmente, para despedirme, me gustaría que, por un momento, dejáseis de pensar en que hay un mundo en vuestro interior, microscópico, que mueve vuestro mundo macroscópico y el mundo de las Ideas de Platón. Quiero que penséis en que la vida vuela de manera inexorable y que nos detenemos a cuestionarnos un por qué tan "no-sense". Quiero que viváis al margen de un descubrimiento realizado por personas que perdieron su vida porque una hormona les hizo desear vivir por los demás o trascender...la vida es vuestra; decidid si queréis morir en el intento por descubrir qué es o morir en el intento por exprimir cada segundo. Como en el vídeo, la vida se acaba y llega un momento en el que accedes a una fase preparatoria, si es que has llegado a una zona proximal a la muerte natural de forma sana, en la que tu vida ya no es la vida que recordabas, por éso no es bueno que se viva la vida de forma totalmente inconsciente, muchas veces ni siquiera sabemos por qué pero no nos levantamos de la cama...


Si tenéis un deseo; id a por él. Yo tengo un deseo, un motor, un fin, algo por lo que luchar, vivir y morir. Empieza y termina por "A" y le debía esta entrada.

martes, 20 de septiembre de 2011

37ª entrada. Y la llamamos hipocresía:

Se explica cuando la mirada de un interés poco explicado se desliza por la víctima del tren arroyador que supone la corriente temporal que llamamos vida.
Se usa cuando el solicitante de la misma zumba sobre las mareas del interés social, sobre una, poco explicada, entramada red de intereses emocionales.
Se suele usar fuerte, como las rocas afiladas que apedrean el cuerpo del lapidado. Es fría, vestida de putón de fiesta de pueblo, robando besos con carmín y sonrisas o ceños infames. La usan como si fuese una articulación empática, como si salvase algo en su vida y como si el cielo fuese a cumplir sus designios reservándole la plaza V.I.P. en el aparcamiento de mentiras y falsas sensaciones de algodón.
Sigue sin ser más que la ola que tumba la sinceridad y la ahoga con un sabor fuerte, digno de quien mata una relación a base de "boca-bocas" sin aire y sin calor, ni siquiera intención socorrista.
Son falsas como las ilusiones de un mago, pero ciertas como que son un truco.
La usan, no saben por qué ni lo sabrán, pero la usan. Amargan el aire, pero les da igual porque tienen el paladar del monstruo que se esconde tras preguntas desinteresadas o elogios desmotivados por una causa alejada del sentido común.
La usan y nos rodean. Me rodean y la usan. La odio y la siento, como el beso de azufre de la parca que sentencia una relación.
Fría y distante, real.

jueves, 25 de agosto de 2011

Trigésimo sexta entrada. Horizontales:

Él duerme plácidamente escuchando el silencio de sus sueños con su oreja izquierda cuando un susurro proveniente de su espalda se alza sobre su inconsciente y le dice "hmm ¿cómo puedes dormir a estas horas?"
Sin saber muy bien cómo se da media vuelta y la encuentra tan deslumbrante como siempre, con su pelo alborotado y su sonrisa del color de las almas inocentes.
-Bueno, en los sueños puedo flotar sobre nosotros, eres más hermosa conmigo, ¿lo sabías?
Ella sonríe aún más acurrucada junto a su imagen.
Él nunca fue nada increíble, sólo tuvo suerte y ella tuvo siempre una mala imagen de los fuertotes, así que él tuvo el doble de suerte al conocerla en aquel bar, aquella madrugada, entre aquellas copas que dejaban ver sólo a los monstruos desinhibidos que llevamos. Mas ellos no despertaron sus monstruos, ambos tenían que devolver a sus amigos aquella noche, todo estuvo a su favor para conocerse. Suerte.
-No sé si dejarte dormir, sería un crimen de estado contra mi corazón, que quiere saborear tu cara de despierto con intolerancia a los primeros rayos del sol.- Dice con una sonrisa pícara.
-Que la saboree, pero que lo haga con ojos pintados sobre mis párpados.
-No seas tonto, también quiero respirar tu alma en cada suspiro antes de tener que meterme en la ducha y desaparecer.
-Puedes quedarte conmigo durmiendo, vas demasiado al trabajo, te vas a volver trabajadora.
Aunque ella sea la que mantiene a la pareja con su trabajo le da igual, es radiante y dulce, prefiere tener a su chico en su casa para cuando llegue, sin tensiones. Lo cierto es que hasta disfruta con su trabajo de veterinaria, así que su vida es perfecta.
Tras un golpecillo en el hombro del chico éste empieza a reaccionar como un humano y no como un robot.
-Tranquila, te traeré el desayuno.
-¿Desayuno en la cama? ¡Qué nivel!
Unos minutos después él aparece con su pelo rizado por la puerta, con sus ojos aún entrecerrados y con una bandeja con comida mientras ella se incorpora y se despereza sin perder su sonrisa.
Tras un corto beso mira, con ojos estrellados, la bandeja y coge una tostada.
Él se echa junto a ella y le acaricia el pelo mientras le pregunta cómo tiene la agenda ese mismo día. Ella responde con los ojos en el techo, intentando recitarlo de memoria, pero tras un fracaso en la secuencia decide levantarse, lo que él impide con su brazo, la besa en la mejilla y le dice "tú desayuna".
Algo más tarde, entre amores y duchas con canción ambos están en el salón, sentados en el sofá, a punto de alejarse un rato, unas horas.
Se acercan a la puerta, se escuchan te quieros y sus músculos desgarran sonrisas imposibles. Una a trabajar, otro a comprar.
Horas después, ella entra en la casa a oscuras y alza un "¿Marco?", pero él no está. Deja su ropa y prepara algo para cuando él llegue. "Estará con unos amigos", piensa.
Tras dejar la botella de vino junto a las copas y las velas junto al regalo por hacer ya 5 años, repara en que hay un mensaje en el contestador. Lo recoge y escucha su voz que dice:
"Cariño, esta cola me está matando, la gente parece haber comprado comida para el fin del mundo y nadie entiende que algo de comida para el próximo mes es pasable, así que tendré que esperar un rato hasta poder verte porque he quedado con unos amigos(ella sonríe).
Te echo de menos muchísimo, casi beso un pastel porque olía a ti y casi mato a media cola para estar contigo. Estoy deseando estar esta noche contigo y celebrarlo. Te amo, mi vida."
El mensaje concluye y aparece la hora en el contestador; 00:00, hora de celebrar los 5 años. Ella se recoge el pelo sobre la oreja con delicadeza y con su perpetua sonrisa y empieza a echar el vino sobre una copa.
Entonces suena el timbre y ella se levanta dispuesta a poner su mejor sonrisa. Abre la puerta y aparece un hombre uniformado que le pide pasar.
Ella, tras ver el coche de policía y la documentación del hombre lo deja pasar mientras pregunta un tímido "qué ha pasado" mientras su sonrisa degrada a signo de exclamación.
El hombre le pide que tome asiento y ella insiste en que hable, el hombre lleva los ojos a los suyos e intenta ser cercano con estas palabras:
-¿Es usted la compañera de piso de Marco Mare?
-Soy su novia, ¿qué ha pasado?
Al ver la histeria de la chica intenta ser breve con un:
-Ha sufrido un accidente de coche, se le cruzó un camión que se saltó un stop y ha muerto en el acto, podemos ofrecerle especialist...-no le da tiempo a ofrecerle asistencia psicológica cuando ella cae al suelo mientras todo se nubla.
"Tranquila, chica, sigo contigo"
Tras notar un beso en su hombro ella despierta acelerada y da la vuelta a su eje sobre la cama pero lo único que encuentra en su almohada llena de lágrimas.
Mientras se le escapa el cielo por los ojos maldice a su memoria y ahoga un grito en su garganta...mientras él la mira sobre ella, mientras la espera...

viernes, 5 de agosto de 2011

Trigésimo quinta entrada. Elecciones:

 ¿Y qué hay de cuando piensas que el futuro no tiene color porque tiene tantos caminos a tomar que depende de lo apesadumbrado que estés para que se coloree del tipo de arena que levantes al andar?
Evidentemente no tiene sentido jugársela al camino más bonito porque ahí será donde se esconda el psicópata esperando, con su arma, a reducir tu esencia a la sangre que borbotee, aunque todo el mundo sabe que ésa sería mi elección favorita.
No elegiríamos el camino más apoteósico porque seguramente ahí estén los monstruos más esotéricos que podáis imaginar, resguareciéndose de la luz para no ser vistos ante sus propias conciencias.
El camino más neutral es una buena elección, pero hay tantos neutrales que debemos analizar cuál es el más neutral, ahora que lo hemos encontrado procederemos a cruzarlo y así lo haremos, andando con paso relajado porque habrá que tener cuidado con cualquier amenaza y estar preparado para correr o para retroceder.
Se supone que hemos llegado al destino deseado y ahora debemos decidir cómo vamos a sobrellevar el hecho de haber terminado el camino; podemos simplemente desilusionarnos progresivamente, morirnos para hacerlo con ilusión o podemos simplemente negarnos a olvidarlo y repetir el camino tantas veces hagan falta para haber echado a perder la vida.
Yo, que siempre he sido de quererme morir pero nunca de ponerlo en práctica me decido a elegir la primera, desilusionarnos es la apuesta que más se acopla a la ley neodarwinista y a su afán por buscar la supervivencia. Ahora que somos personas amargadas sin ningún propósito vital más que recordar cuando aún éramos felices no nos queda más que amargar a los demás porque será así como podremos desahogarnos, hasta el día que alguien nos diga lo que somos porque son personas que se han tragado su amargamiento y decidieron vivir al margen de sus sentimientos, aunque los sufran, pero sin mostrarlos si no son felices.
¿Entonces qué debemos ser? ¿Un amargado o un escritor empático? Yo me la jugaría a la segunda porque tiene mejores aspectos sociales y momentos eróticos que el amargado se negará a aceptar.
Ahora que somos escritores empáticos vacíos y huecos es cuando debemos responder ante nosotros mismos; acaba de aparecer un camino oscurísimo, pero la única posibilidad de avanzar...
¿Qué haremos?
En fin, paso a paso montamos el entramado de sinfonías que llamamos pisadas de plomo. Como un piano vamos pisando la parte más clara y la mezclamos con la más oscuras, nos da igual si el mal sale de la oscuridad o nos enseña sus garras a la luz, la cosa es que destroce nuestro espíritu a la altura del tobillo y nos regale los besos de la parca, ésos de color morado, más que la lombarda.
No, no escucharemos nuestro requiem, ni el llanto del primero que se entere, sólo el apetito del monstruo alegrarse, sólo el cuerpo de la muerte excitándose con nuestra lengua, nuestro cuerpo, nuestro calor...sólo la felicidad que hemos dejado atrás...
Aún así, muchos vivirán al margen de que les falte con qué andar, cegados por algo más que su prepucio y su vista al sol, cegados por amor al arte, a la vida, al placer y a la música.
Y así, los más renegados no morirán bajo el ansia del monstruo que los guardó en su despensa para cuando quisiese comer alma, sino que vivirán bajo la sombra de árboles llenos de arrugas, como la vejez o la ambición del resto, vivirán bajo el cobijo de hojas secas que simbolizarán esfuerzos perdidos por vivir una vida de ensueño...y llegarán a la explanada, la última parada de sus viajes.
Esta explanada que les nombro no será otra que el lugar donde la bella durmiente aparcó su necesidad de amor, donde la bestia de Disney lanzó sus plegarias a alguna que otra margarita y donde la sirenita acarició su pelo con un tenedor de cobre, una piedra fria con recubrimiento de seda que te invita a repostar tu cuerpo marchito, dañado por el hambre del resto o por el simple aburrimiento/excitación de la muerte.
Somos los viajeros que llegaron a su destino.
Bien, ahora sí escucharán los llantos de los allegados, el tiempo con su olor a canela y a café, las manos frotadas del fabricante de tu coche de madera de roble...ahora sí, puedes decir que has llegado a donde nadie más interceptará tu camino, donde recorrerás solo el último trecho.
Amiga mio, te tiendo mi mano temblorosa, no porque lo necesites tú...sino porque me niego a ser incapaz de contarle a alguien lo que veo, soy incapaz de ver a la bella muerte, sus labios de lombarda y su aroma a rosa sombría, porque soy incapaz de despedirme de ti.
Nunca más me digas adiós, querida inspiración, mi mejor amiga.

domingo, 3 de julio de 2011

Trigésimo cuarta entrada. Soul Reaver:

Como la noche más oscura se avalanza sobre los cuerpos de los infelices y lucha. Como la guillotina más cruel se lanza al mismo punto que conecte la vida y la esencia y lo corta sin miedo, pues su vida es absorber la negrura del alma de los mortales.
Unos lo llaman necesidad y otros, simplemente, monstruosidad interna. Lo cierto es que no sé cómo llamarlo, aunque sea una necesidad, no del todo es parte del mundo idílico en el que viven sus víctimas, por lo que podría ser un monstruo que en su mundo era la criatura más entrañable. Está descontextualizado y pocos lo comprenden, lo ven como una debilidad o como una estupidez porque ellos ni sienten que su vida se derrama entre sus dedos como la sangre que corre por sus adentros...porque para ellos corre por dentro.
Así me encuentro yo, dándole de comer a mi monstruo trozos de carne tumoral de otros, dándole de alimento el mal de cualquiera que esté dispuesto a desnudar su alma ante la camilla de mi doctor favorito.
Mi monstruo está conectado a mí por un cordón, similar al ombilical, y la consecuencia es que yo soy quien digiere por él las almas que se le atragantan en el esófago, y soy yo quien sufre los ardores de las almas pícaras, las penurias de los tristes o la aspereza de los que odian.
Avanza con su cuchillo desafilado por las sombras y se esconde tras de mí al hablar, pero sigue siendo tan firme en sus actos como sigiloso.
Al estar unidos, varias veces toma el control, en las situaciones tensas o cuando tiene hambre y hay alguna presa a la que atacar, pero sigue siendo inofensivo.
Su forma es ambigua y cambiante, a veces espeluznante y, a veces, increíblemente bello. Para mí es más que un amigo al que mirar cuando se apaga la luz o cuando no hay a quien abrazar, para mí es un hermano siamés que no llegó a la condición de humano y que asume que su única posibilidad de existencia es subordinándose a mí, pero no le hace falta aceptarlo, yo soy quien asume que no viviría si no fuese porque me hace sentir vivo al darme, cada día, más ganas de levantarme.
No lo he dicho nunca, pero lo que como desaparece en algún lugar de mi cuerpo, sin llegar a metabolizarlo, así que, en teoría, carezco de alimento con el que sustentarme...si no fuese por todo aquéllo que me da, desde almas a lágrimas, yo estaría muerto por inanición.
Hay días en los que mis sueños no son más que retazos de las almas que consumí anteriormente y que vuelven para vengarse de mí por haberlas destrozado y me cuesta no sonreír al ver trozos de años atrás, desde la primera alma que consumí hasta la más reciente.
Debido a su posición con respecto a la mía, es incapaz de devorar los tumores de mi alma y ésa es mi condena, observar como el mundo cambia llantos por sonrisas mientras mi dolor crece y crece.
Con el tiempo me he acostumbrado y creo que ya no me hace falta lamentarme, soy consciente de que es mi cruz como eslabón de la cadena que compone el mundo en el que vivo, aunque debo aceptar que es algo que no me gusta y que, si pudiese cambiar, cambiaría.
Es por todo ésto que hoy tengo que lanzar la primera lágrima fugaz a la luna y el resto a mi propia vida, en busca de todos aquellos elementos cancerígenos que he ido consumiendo y que me han dado esta forma deforme, tan tumoral, tan ambigua...
Por tanto, llegados a este punto, ¿quién es el monstruo y quién es la criatura más cercana a la humanidad?¿Qué soy con respecto a mí mismo?

jueves, 23 de junio de 2011

Trigésimo tercera entrada. Así soy yo:

Así soy yo, descerebrado, imprevisible, arrogante...yo. Así me despido de una etapa, entre risas...mientras mis recuerdos aporreaban mis lacrimales, mientras la ansiedad corroía mi estómago, mientras mi adrenalina, por primera vez en mucho tiempo, me impedía dejar de temblar...
Es así como soy, impresentable.

martes, 24 de mayo de 2011

Trigésima segunda entrada. Suspiro:

Canción recomendada
Hace más de 10 años mi bisabuela me preguntó que por qué había suspirado(lo acababa de hacer). En ese momento un aburrimiento de niveles superiores a los que estaba dispuesto a aguantar me atacaba pero no quise sacarla de su mundo adulto de críticas, sonrisas oscuras y vino del color de la vida, ése que se toma cuando se tiene miedo a morir, así que decidí mentirle y alegar alucinaciones propias de una octogenaria. 
Hoy estoy bajo las estrellas, sobre un trozo de plástico, como si fuese mi tumba. A mis lados están mis amigos, pero ignoran mi presencia tanto que ni siquiera perciben suspiros agónicos que lanzo desesperado. Ojalá mi bisabuela me bañase de nuevo en las corrientes del esoterismo, de la sabiduría más vital que he conocido, en las costas de cuentos, nanas y canciones que fueron parte del proceso de formación que me dio lugar. 
Las estrellas me llaman una a una para que las mire, celosas por no ser la primera ni la siguiente, muertas de aburrimiento, suspirando para que alguien les lance un saludo sin tener que, por ello, reflexionar sobre su vida. 
Cada vez que pretendo hacerle caso al tiempo mi cuerpo responde menos hasta que caigo en un estado de lo que yo definiría como catarsis. 
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Yo y mi ramo, mis zapatos repiqueteando la acera a cada paso. Yo y mi estúpida sonrisa, mi pelo recién mojado, mi bonobús dirigiéndose a esa máquina que hace bip. El asiento libre que reposará por un rato mi felicidad. 
No es nada especial, sólo el día que elegí para definir palabras como amor, pasión, cariño...mi día. Sigo caminando entre pasillos de cristal, ladrillo y carne sin alma que ve con malos ojos que yo pueda llevar un ramo y una estúpida sonrisa. 
Todo es tan bonito desde esta perspectiva que parece que el olor a alcohol de mi compañero de asiento es parte de una nueva fragancia de moda entre las pituitarias más selectas, de nuevo mi visión es del color de la rosa más bella de tu jardín.
 Sí, sigue siendo hoy, mi reloj sigue sin existir, sólo queda del tiempo lo que decida ser, no ataduras, no obligaciones más que con mi alma, porque hoy es el día en que defino amor, pasión, cariño...hoy es mi día. 
Yo y mi estúpida sonrisa cabalgamos por encima del tiempo, del espacio, de la física...por hoy estamos por encima de la ética, de la fé, de la razón...hoy es mi día y el tiempo se acorta para calebrarlo...mi estúpida sonrisa crece y crece como la erección es víctima de la exitación; mi sonrisa es víctima de un alargamiento progresivo porque estás cerca...sí, lo noto. 
La poca sangre que le queda a mi cerebro se distribuye por mi cara para darme esos colores vivos que te permiten sonreír por no ser la única que se despide de un contexto en el que no vive para deslizarse al lugar en el que estamos juntos, donde nuestras lenguas juegan entre armarios de calcio y nuestros ojos se cuelan en un mundo de una oscuridad tan cálida que pensaría que estoy ardiendo si no fuese porque el humo que llega a mis fosas nasales no fuese tu aire...tu fragancia, tú. 
Estás allí, esperando tu ramo. Yo estoy aquí, esperando a mi sistema nervioso, esperando poder correr, andar, gatear...lo que sea hasta ti. 
Estás aquí y lo único que puedo hacer mientras mi sonrisa, cual telón, deja ver mis dientes impolutos por un cepillo cruel y mi mano nerviosa, nuestras narices chocan y se arrugan y nuestros ojos bajan hasta el corazón del otro es sentir que mi alma se une a la tuya como imágenes difuminadas en un humo ascendente fruto de exhalaciones en las que expulsamos todo lo que no nos hace falta ahora y, por fin, soy capaz de sentir el calor de tus labios sobre los mios, la finura de la piel del pecado sobre la piel de la estupidez. 
"Éste es tu regalo"Dice mi estúpida boca, y tú no eres capaz ni de inteligirlo, así que decides lanzarte a robarme otro beso, pero me separo con una sonrisa inocente y te lo digo al oído porque éste es tu regalo físico y aún te espera mi definición. Lo coges sin entender muy bien qué significa algo tan corriente, pero ahí estoy yo para darle un sentido más teórico, con un abrazo que une nuestras almas y nuestros cuerpos me acerco de nuevo a tu oído y puedo vocalizar lo que el nerviosismo me permite, pero es algo así como: 
"Bueno...aquí estoy...(se me escapa una pequeña sonrisa en clave de sol)éste es tu regalo, sé que parece poco más que cuatro rosas e hierbajos que la de la tienda ha puesto para que parezca más frondoso, pero son cuatro rosas y lo que significan. No puedo dártelo porque sin él no podría quererte, acariciarte, besarte...así que ésto es como el cheque que indica que lo tienes desde ahora. Parece que no pero estas cuatro rosas son mi corazón y es todo tuyo, son los cuatro aspectos que te cedo; el amor, la rosa, la pasión, la roja, la confianza, la amarilla y la lealtad, la blanca. Mi corazón es totalmente tuyo desde hace tiempo, pero ahora será tangible. No tienes por qué tener miedo a destrozarlo porque debes saber que siempre estaré dispuesto a repararlo porque, ante todo, te amo. Podrás pudrirlo, quemarlo, destrozarlo o secarlo, pero siempre estaré dispuesto a repararlo porque si bien tú tienes mi corazón; controlas sus latidos...te quiero"
Sus ojos son fuegos artificiales y, supongo, mi sonrisa más estúpida. Ella se queda unos segundos mirando a mis ojos buscando en su blancura habitual una posible respuesta con sentido, pero lo único que se nos ocurre a ambos es volvernos a besar y nos abalanzamos el uno sobre el otro, pero el tiempo se relentiza para ella y yo lo noto, ella empieza a congelarse, el paisaje empieza a desmoronarse en el horizonte y ella empieza a desfragmentarse...millones de píxeles quedan de lo que antes fue el día que definí amor, pasión y cariño mientras lo que queda de mí, mis zapatos y mi ramo caen en picado en un contexto totalmente negro e inanimado. No puedo evitar quitar mi sonrisa y extrañarme, mirar el ramo y verlo destruido mientras caemos, mi mundo acaba de ser destruido y...

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"Migue, ¿estabas dormido? Jajajajajaja ¡imbécil!"
En mi mente entonces sólo suena una canción de fondo y un sonoro "no vuelvas a volver" que se traduce en mi organismo a un suspiro.

viernes, 6 de mayo de 2011

Trigésima primera entrada. 30 las letanías:

Canción recomendada 
Si bien nunca os he hablado de la historia de la ciudad llamada -C- lo he hecho para salvaros de lo que posiblemente es la locura más innecesaria.
Está habitada por peculiares personas, todas distintas, todas unidas.
Las casas son individuales y familiares, es una especie de requisito, de colores pastel que le dan un aspecto macabro al lugar. Todos los jardines son lugares donde pelotas, bicicletas y coches aparcados conviven bajo el reinado de aspersores y su juego con el perro de algún vecino que se olvidó de enseñarle a no ladrar.
Todos los padres de familia son empresarios con maletines marrones, negros o metálicos, a gusto del consumidor, y todos salen a la misma hora para dejar a su familia a la luz de una cocina marchita, vacía en parte. Las madres de familia crean un matriarcado vecinal cada día y luchan en discusiones políticas sobre la ciudad cada día en su trabajo como representantes  del progreso y la unidad.
Los chicos y las chicas nacen sabiendo su destino y cómo prepararse el desayuno. Estudian en colegios sin barrotes y sin jardines, con mesas tricolores y con profesores enchaquetados.
Todos los funcionarios son exteriores a la ciudad porque dañarían la imagen de progreso empresarial y unidad política, así que cada día la autopista principal se llena de colores metálicos cubiertos de monóxido de carbono que rugen, como leones.
-Y- es un chico de la ciudad que decidió rebelarse viendo que todo era tan mecánico que podría deducir qué pasaría segundo a segundo. Todo funcionaba como un reloj...
Quizás querréis saber por qué -Y- era el único que parecía interesarse en este hecho...y la verdad es que el destino se le rebeló a él. Su familia no tenía ningún sobresalto habitual, como cualquier otra, sólo pequeñas broncas a la hora de comer por las notas de -Y-, pero desde hacía un año su hermana -X- dejaba esas conversaciones para recostarse en madera de pino en el cementerio regional a causa de una enfermedad congénita que no afectaría a -Y-, pero que parecía ser causa de un mal uso de las señales telefónicas.
-Y- perdió a su hermana a los 12 años, siendo su hermana 2 años mayor que él, como era costumbre regional. No perdió a una hermana, perdió su propia alma, su amiga, su confidente, su compañera a la hora de correr del perro del vecino.
Era el único sin hermana en la ciudad, pero los chicos estaban tan bien entrenados que no hacían más que prestarle su apoyo, aunque para -Y- no era suficiente porque su hermana nunca soplaría más velas en su cumpleaños ni le contaría historias fantásticas...-Y- desarrolló su imaginación para poder dormir a falta de la de su hermana.
Su ventana cristalina no era más que un cuadro en movimiento que cada día señalaba las mismas escenas y él se cansó, así que decidió vengarse de la monotonía. Planteó primeros problemas al pintar buzones de color verde con pintura acrílica y rapó al gato de su vecina ya anciana.
Pero cada día seguían las mismas escenas porque todos pensaban que el responsable sería exterior al pueblo y no se hizo más que ensalzar la imagen de unidad ciudadana y de progreso con respecto al resto.
-Y- no cejó en su empeño y cada día ideaba nuevas formas de romper el habitual equilibrio que caracterizaba a aquella ciudad, pero nunca conseguía nada.
Creció poco a poco intentando escapar de aquel lugar, pero nunca consiguió nada atado por tantos chicos y chicas educados para ayudarlo a superponerse a la pérdida de -X- y por la común vigilancia de la frontera entre la ciudad y "el mundo exterior" por parte de los funcionarios.
A sus veinte años, -Y-, seguía inmerso en un mundo paralelo y lejano al que volaba con alas plumadas de ángel, donde sólo estaba él y el eterno cambio necesario para su desarrollo. Pese a querer cambio nunca se planteó cambiar su propia vida para no ser malmirado, quizás porque sabía que la estabilidad de una rutina le ayudaba a seguir escapando del mundo y olvidarse de que su hermana no estaba. Pero llegó la edad en la que los chicos se despedían de sus familias y, con una coordinación exacta, todas las puertas de las familias con hijos de 20 años se abrieron, excepto la de -Y-, que aún se despedía de sus padres.
Horas después él marchaba a su nueva casa que, entre dinero del banco regional y sus padres, se había comprado. Evidentemente la compró en "el mundo exterior" pese a que sus padres intentaron convencerlo, pero la ciudad lo vio bien "para que su progreso se difundiese y el mundo fuese mejor".
La vida de -Y- cambió lo justo para tener que buscarse trabajo en vez de estudiar y para que empezasen a entrar chicas en su casa, pero no era suficiente para suplir la falta de su hermana, ni el sexo ni estar ocupado. Y así vivió, durante 23 años, atado a una rutina que él era incapaz de entender, descansos regulares, clientes rutinarios...
Apesadumbrado, -Y-, que nunca tuvo más que su imaginación, decidió acabar con su vida y entre una cuerda y un tabique en la pared superior de su piso sin apenas decorar finiquitaron su garganta sin ninguna resistencia por su parte.
En la ciudad, que seguía de cerca su vida, se montó un gran revuelo, tal que hasta los hombres fueron aquel día a la reunión política para saber cómo interpretar aquel suceso. Miles de propuestas para entender aquello, pero no convencían a nadie, y, entonces, de los labios de la mujer que había cuidado de -Y- durante veinte años, cuatro meses y tres días salieron sentencias abrumadoras pero, quizás, correctas:
"Nunca hemos discutido la corriente que hasta ahora hemos llamado tiempo. Hemos vivido al margen de lo que, quizás, fuera una línea elíptica, al contrario que circular. Hemos dirigido el progreso desde tiempos que algunos ni han vivido, como yo. Desde los tiempos de la primera familia que se situó aquí en busca de mejores condiciones en un mundo hambriento de sufrimientos. Ahora, que la línea vuelve al principio nos negamos a aceptar que no es más que un simple estado cíclico y que esto que le ha ocurrido a mi familia no es más que la muestra de que nuestra existencia ha llegado a su fin. Hemos alcanzado el límite, y tal fue así que decidimos seguir progresando pese a que este progreso nos cueste el bienestar de nuestros hijos o incluso su vida. Ahora es, compañeros, cuando debemos apartarnos y dejar al mundo continuar a su ritmo."
Quizás desde un punto de vista más racional, esta visión suicida es una locura, pero en la ciudad todas las miradas bajaron y lo comprendieron como cierto.
Días después y ante la sorpresa de los funcionarios, la ciudad era la sombra de un fantasma y las familias eran la estampa del hastío presente en -Y-, todas muertas unidas, pero de distinta manera, cada una con su propio ritual. Los perros ladraban ahora a las puertas cerradas y el cielo ocultaba al sol que no era capaz de soportar aquel suicidio en masa.
La ciudad, que hasta entonces fue la cuna del progreso y aquella cumbre que perseguía toda civilización que la conociese, fue la que invocó a un suicidio en masa aún mayor y pocos meses después los perros ladraban más puertas a lo largo de todo el mundo.
Todo ésto pasó en otro mundo, pero pasó, y de todo lo que una vez fue sólo quedó un sueño, el sueño de -Y- de cambiar el mundo...

domingo, 3 de abril de 2011

Trigésima entrada. Existencia relativa:

La vida pasa a mi alrededor como la corriente que solía ser, a la misma velocidad. Las mismas caras y voces pasan sin un orden concreto, sin una finalidad determinada.
Yo estoy aquí y lo noto, el tiempo no gira, el tiempo se mueve de forma lineal.
Me arden las entrañas sabiendo que estoy aquí, echado, escuchando música, quemando mi tiempo y, mientras, tú estás donde quiera que estés, muriendo poco a poco. No me gusta la sensación que me hace percatarme de que nuestro tiempo se acaba y no estamos juntos.
Odio ver tu sonrisa y pensar que el tiempo se detiene, porque sólo se detiene para mí.
Odio verte feliz porque me hace pensar que no soy digno de intervenir para fastidiar como suelo hacer.
Sigo siendo lo que solía ser sin ser lo que solía pensar que sería. El tiempo sigue pasando, mi ropa sigue siendo la misma y mi expresión no cambia por mucho que me muera al pensar que me muero sin ti y tú sin mí.
El viento me acaricia lentamente, ¿crees que quiere que piense en ti?
Creo que he perdido otra batalla sin luchar, creo que me he vuelto más débil. No quiero no poder defenderte de los problemas que la vida te pueda proponer...tengo miedo a no decirte tantos te quiero como pueda y a no poder siquiera abrazarte.
Intangible como un espíritu y tan presente como mi musa. Sí, eres mi musa y la paradoja es que al pensar en ti me quedo sin palabras, quizás me debería dedicar a otra cosa...pero no, tengo que pensar en ti parte a parte para poder arrancarme estas palabras paganas que ni siquiera reflejan una media parte de lo que mis sentidos captan de ti. Me hunde tu existencia porque no estás junto a mí para levantarme.
Sigue siendo tarde y yo debería dormir para soñar algún mundo donde no estés, porque no te lo he dicho pero en mis sueños apareces poco, será verdad eso de que eres real...
Has azotado mi mente de tal manera que no soy capaz de pensar con claridad sin ver tus ojos estrellándose contra mi parte más sensible. Oh, es tan difícil vivir contigo en la mente día tras día...
Tú no la ves, pero yo sí veo esa barrera de cristal que nos separa; tu timidez y mis ansias de no ser el huracán que destroce tu existencia, no quiero perderte pero por ti me perdería yo.
No quiero ni imaginar cómo seríamos juntos, pero no vamos a estarlo, somos fuerzas distantes, ni siquiera leerás ésto, ¿para qué engañarnos?
Seguiré siendo tu nada, aquello que vive en el rabillo de tu ojo, aquello que tiene frases para todo que tú no escucharás. Seguiré siendo psicólogo para muertos y daré vida a los vivos, pero seguiré siendo yo el más frío de todos al final, sin ti.
Seguiré tirado en la cama lamentándome, seguiré siendo un triste cadáver prematuro, viviré en un reino de esperanzas ahogadas en pozos de realidad.
Tiraré todos los castillos de naipes que te apunten, te lo prometo.
¿Sabes cuántas veces al día suspiro pensando en ti?

jueves, 17 de marzo de 2011

Vigésimo novena entrada. teatro:

Murmullos. Sonrisas burlonas a través del terciopelo. Coro de monstruos ultimando detalles. Nerviosismo de actores. La máscara está colgada en un altar.
Termina la espera, el telón se abre con un sonido a cuerda y poleas característico. En el centro está él, con la máscara, el foco alumbra su cara y se puede ver que la luz entra por los agujeros para los ojos mostrando carne que renunció a su esencia hace bastante.
Comienza la función, las primeras filas permiten a su cuello un sobreesfuerzo y las centrales ocupadas por críticos son protagonistas, aún más que los propios actores. En las últimas filas están amigos, familiares y demás invitados.
El hombre de la máscara se mueve de un lado a otro, no se escucha palabra alguna, pero todo el mundo sigue la trama. Salen más actores, todos deformes y sin máscaras. El hombre de la máscara los mira con los ojos a ras de suelo, este no es su momento, pero sí su escena. Un palazo y gente ríe, una declaración y gente llora, alguien que se va y gente que se muerde los labios para ahogar a su alma dejándola dormida en su garganta.
La música es lo único que desafía al sonido, ni los pasos ni movimientos de los actores son tan atrevidos, y el silencio se reverencia ante el sonido de bolis, lápices y plumas sobre los cuadernos de los críticos.
El teatro continúa, y se mueve tanto por dentro como por fuera. Hay goteras pero no llueve, hay focos porque la oscuridad reina, pero fuera hace sol, dentro todos están abrigados, pero fuera hace calor...
Termina, la camarilla de actores decide ir a tomar algo para celebrar la primera, el hombre de la máscara se sienta en el escenario y decide quedarse a respirar el aire que ha quedado, corrupto por sus ganas de volver a repetir. Las luces se apagan y algún gracioso dejó encendido el foco incidiendo en el cuerpo del pobre hombre.
Se escucha la puerta cerrarse en un ruido seco que quiebra el ambiente y el hombre se separa de su máscara, vuelve a mirar al suelo y con expresión de no entender nada manda plegarias a su alma. La máscara está rota por los golpes, pero su cuerpo aún intacto.
Entonces entra ella, una chica vestida de verde y azul, con un lazo que avanza por los exteriores de la sala. El hombre nota su presencia, pero no la mira. La chica se acerca a por su pertenencia olvidada, pero a ella tampoco la espera nadie hoy, así que se sienta frente al hombre y charlan.
Se escucharon preguntas, respuestas y bromas, pero nadie rio, ni respondió, ni preguntó, simplemente miraron a los ojos del otro.
El tiempo pasa, y en su propio mundo espectral las almas amantes del buen teatro aplauden a la inacabada obra y vitorean la interpretación del actor. Las almas de ángeles rodean con su luz la oscuridad que reina vigente por la pesadumbre de las vigas destruidas por cualquier razón.
Ninguno de los 2 cenará esta noche, pero beberan sus lágrimas en vasos de cristal.
Su pelo...¿su pelo es incoloro o es la sombra? No importa, el hombre aún no se ha movido y la chica lo mira atenta.
Redobles de tambor y nadie los apremia. ¿Es esto todo? Quizás.
La máscara sigue tumbada y es lo único que alumbra el foco. El hombre y la chica fueron y la máscara sangra su dependencia de un alma atormentada.
El teatro no está vivo, la vida es teatro.

lunes, 28 de febrero de 2011

Vigésimo octava entrada. Viaje:

El tiempo no ha hecho más que carcomer mis huesos. Poco a poco me resquebrajo y sólo quedan de mi palabras unidas por nexos no materiales.
Mis cuerdas vocales no funcionan, se estrellaron al intentar decir te quiero y se rompieron al decir estoy bien.
Mis ojos no ven más allá del mar de lágrimas, pero tienen un mecanismo que hace que el mar parezca una fina película...no, mis ojos son diametralmente microscópicos...el agua los engrandece. Mis ojos son de color llanto.
Mi boca está seca y el viento destroza su piel, pero aún son capaces de besar labios exotérmicos...aún capaces de besar labios vivos.
Mis oídos dejaron de escuchar, se helaron al oír salvajadas y se negaron a escuchar lo evidente.
Mi nariz se negó a seguir sintiendo, mi nariz aún añora tu aroma y no está dispuesto a reemplazarte.
Mis brazos están llenos de heridas de todas las veces que intentaron bloquear tus golpes, mis brazos no sirven, mis brazos jugaban, a mis brazos no les queda inocencia.
Mis dedos no quieren jugar con otra piel que no sea la tuya y sólo se acostumbraron a los mecanismos que te encerraban, dejando los demás por imposibles...mis dedos están obsoletos.
Mis piernas me tiemblan, mis piernas quieren tu calor...mis piernas te quieren. Ellas no andan, me tiran, no les gusta mi camino.
Mi tórax está destrozado, lo destrozaste con tus zarpas y tus armas, armas que te donó la mismísima muerte.
Mi corazón está encerrado en una urna lejos de la sangre que contiene la mia, y aún busca su respiro...aún.
Mis pulmones están encharcados y no pueden más, pero aún me son fieles, y algún día volverán, lo sé.
Como te iba diciendo, amiga mía, el temporal no me acompaña, ni a mi ni a mis ideales, pero sabes que soy cabezota y que no volveré a mirar atrás, por eso te pido que no vuelvas más...ya de por sí me cuesta andar, respirar...demasiado como para tener que luchar contra tu recuerdo. Me bastará con que no vuelvas, con que me borres y me olvides.
Ahora he de seguir porque aún me funciona la mente...no te he hablado de ella...ella es fuerte y sensible. Te recuerda, te ama, te odia, te olvida. Mi mente no sabe jugar, sólo perder. Mi mente no tiene nombre, pero te usa a ti al pensar en su existencia, porque tú se la diste.
Quizás te pueda parecer que vale la pena ese camino...pero sabes que no, sabes que tu camino está conmigo, sabes que tu calor derretirá la nieve que me impide seguir...pero no quieres porque soy demasiado estúpido y porque valgo menos aún. Tranquila, no te culpo, ni siquiera te permitiría venir conmigo, pero quiero recordarte, amiga, que un día fuimos fuertes y que tumbamos grandes barreras...juntos.
¿Qué soy? ¿Quién soy? ... Ya ni el recuerdo...sólo la esencia de un pasado marchito y escondido en un cajón. Mi nombre aún sigue ahí, escondido, reforzado en plata destructora, reforzado entre poemas y rosas. Mi nombre es peremne y sólo lo sabes tú, que fuiste quien me bautizó.
Yo fui tu aliento y tu latido, permíteme ser nuestro olvido.
Adiós, antigua amiga.

lunes, 14 de febrero de 2011

Vigésimo séptima entrada. La guerra de las ilusiones:

Lucho ahora contra el folio en blanco, lucho ahora contra mi propia cabeza. Mis aliadas son las letras que forman las palabras, mis enemigos el orden y la razón, mi única motivación por hoy eres tú.
Lucharé con todas mis fuerzas, ganas y suspiros que me queden, mas por hoy siéntete tranquila, soy un penoso guerrero, pero más aún amante o estratega.
Mis catapultas están roídas por el tiempo, mis guerreros andan desmotivados, pero en mi corazón se dibuja la esperanza cuando la sonrisa que enciende mis antorchas, forja mis espadas y levanta a mi caballo se activa...
No llegarán a ti mis manos porque son de piedra, no llegarán a ti mis caballeros porque son de ceniza, no llegarán a ti mis lamentos porque son sombras, pero llegará a ti mi sentimiento, mas no lo hará en forma de espada, lanza o piedra, sino de flecha que arqueará el cielo para que cualquiera lo sepa, pues sin miedo me lanzo a cualquier guerra en la que mi objetivo seas tú o parte de ti.
Mi estandarte no existe, aunque hace tiempo fue un corazón roto, por hoy no es más que un lienzo descolorido, perdido entre muchos cadáveres, tanto de mi bando como del contrario, muchos. Mi caballo no tiene color, hace tiempo que perdió la gama cuando perdió la esperanza, la pasión, la confianza, el amor, la tristeza, la alegría...y dejó de colorearse para empezar a ser el espectro de mis sentimientos, las piernas que guian mi cuerpo. Mis guerreros portan armas de madera porque no quieren matar, quieren abrirse paso hasta ti.
Mi corazón no bombeará más deprisa ni más lento, ni siquiera más fuerte o más débil, yo estoy muerto y no lo sabes, pero tanto es así que perdí la batalla por mi vida hace mucho, y desde entonces sólo caídas.
Dime pues que no serás tú la próxima, que tu sonrisa no sólo levanta la esperanza, sino una causa justa, dime que habrá valido la pena no dormir, caer en sueños despierto y luchar contra mi mismo...dímelo.
Las plantas que piso en mi campaña volverán a crecer cuando plantemos los campos de alegría, mientras tanto sólo serán pisadas erráticas en busca de un objetivo claro, sí, pero intangible. Las ilusiones crecen y crecen, y flotan y flotan, las verás en el cielo cuando lo mires, pues hace tiempo que se hicieron amigas de las nubes y desde entonces sólo me queda la más pesada, la más irracional, y esa ilusión eres tú.
Supongo que pensarás, objetivo, que proclamaré la guerra contra nuestra barrera, pero no es así, como ya he dicho soy un mal guerrero, es por eso que necesito incentivos, y esos incentivos son gestos, miradas y palabras que cautiven a mi ejército lo suficiente para cargar contra lo que nos separa, mientras tanto...déjame acampar junto a tu ventana.
Por último no buscaré un beso, ni siquiera un abrazo, por último lo que busco es entregar mi carta escrita con sentimientos en la que en el centro aparece un gran co-ra-zón.

lunes, 24 de enero de 2011

Vigésimo sexta entrada. Paris:

Canción recomendada

Corren ellos felices, corren para alejarse de la fria lluvia, y, aunque es difícil correr entre tanto charco y están empapados, ríen con esa sonrisa especial que deja ver que están enamorados, quizás no sea entre ellos, pero al menos lo están.
Llegan a un portal y observan risueños que el otro está completamente mojado, sus peinados destrozados, pero les hace gracia.
Ella es rubia de pelo largo y ojos claros. Su nariz es un pequeño montículo de forma estilizada, y sus labios son dulces e inocentes, pintados de un carmín pasional.
Él es un chico afortunado que usó las palabras adecuadas en los momentos adecuados, de pelo castaño y ojos que podríamos catalogar de grises, pero no es especialmente guapo, aunque tampoco feo.
[Olvida los colores, ellos viven en blanco y negro, sus corazones tiñen el sonido y los colores enmudecen para dar paso a suspiros aspirando a ser gritos, luchando con la lluvia por ser el sonido más resonante de sus oídos, los de ella dulces y finos, los suyos estrechos y simples]
Sus cabezas no se mueven, pero sus almas están entrelazadas de la misma forma que sus miradas. Por un momento él se atreve y juega con las puntas de su pelo, por un momento ella aparta su vista de él y suspira más tranquila.
[Debes saber que, como la mayoría de los enamorados en sus inicios, ignoran que gustan al otro y piensan que no tienen posibilidades. Desean hacerlo, pero ninguno correrá el riesgo de ser rechazado y apartado de la vida de la pareja de su alma]
Él no entiende por qué gira el mundo en torno a ella, sólo es consciente de ello. Ella no entiende por qué su olor se ha vuelto un channel preciado que no escapa de sus pensamientos. Sus suspiros se deslizan por sus bocas desganados, aferrándose a los labios para quedarse en ese cálido lugar(llamémoslo pulmón enamorado). El vapor de sus alientos se dibuja en un tono blanquecino y a su vista ven que cobra forma de corazón. Ella sonríe, él se acerca...ella cierra los ojos... . Todo oscurece y la vista da paso al tacto. Él siente que su corazón está parado, pero en realidad va tan rápido que no puede percibir la distancia entre un latido y el siguiente. Ella siente que los ángeles la hacen flotar y nota sus brazos abrazándola... .
[Es de noche y la luna los baña, pero ellos no son conscientes de su sonrisa...sonrisa que se apaga al ver su suerte]
Ellos no tienen nombre, ellos viven, ellos sienten, ellos son ajenos a su suerte. Un grupo de 5 hombres de entre 30 y 40 años sin color en sus almas se acerca sin hacer ruido, pero riendo más que ellos. Uno saca una vara de hierro y otro les exige posesiones.
Ellos no tienen nada, ellos viven sin nombre, intentan hacérselo entender, pero ellos no vinieron a por posesiones, sólo a por sangre.
Ella sólo puede observar que la lluvia hace la escena más fria y violenta, él cae una y otra vez...por un segundo les parece ver su sangre apiadándose, pero no es así, sale sin posibilidad de vuelta, pero él no piensa en sí mismo ahora, y lucha con ellos alejándolos de ella mientras le hace señas que ella no comprenderá, sus ojos están clavados en el charco de sangre que deja.
Un golpe certero en la cabeza y sangre salpicada alrededor de todo el suelo. Sus ojos se abren, sus pupilas se vuelven invisibles, su cuerpo inmóvil ante las sonrisas de los perros que fueron a buscar sangre.
Y así, desviando unos segundos la vista hacia ella hacen la vista gorda, pero sólo porque desean sufrimiento, y se van entre la oscuridad, desapareciendo bajo la luz de una luna triste.
Ella se acerca pero todo está en el final, a él no le quedan alientos, a ella no le quedarán besos que dar... .
Su pelo está mojado...su pelo está despeinado...pero ya no ríe...ahora llora.
[Y sus almas vuelven a unirse al irse la del chico y salir de su cuerpo la de la chica, que vivirá en simple cuerpo durante el resto de su vida. Ella vivirá una vida simple, tendrá hijos simples y nunca más será feliz, es más, cuando esté sola llorará, como lo hacen los heridos, los bebés, la luna...y yo]