martes, 28 de diciembre de 2010

Vigésimo quinta entrada. Inconsciente:

Correr por un prado en tono sepia.
Reír al jugar con un sombrero de paja.
Saltar.
Volar entre la imaginación y el mundo real.
Perderlo todo.
Pasear solo.
Verse solo.
Verse acompañado.
Romper la tranquilidad de un charco.
Gritar.
Amar.
Odiar.
Pensar.
Actuar sin hacerlo.
Construir.
Besar a quien quieres.
Ver cómo todo se derrumba.
Perder seres queridos.
Ganar amistad.
Que abusen de tu confianza.
Rezar.
"Hacer el amor".
Calentarse junto a las llamas de una chimenea.
Comer chocolate.
Arrascarse la espalda.
Ducharse.
Llorar.
Bautizar.
Educar.
Enseñar.
Aprender.
Romper.
Intentarlo.
No conseguirlo.
Prohibiciones.
Obligaciones.
Abrazos.
Caricias a cámara lenta.
Labios que piden sin hablar.
Hablar.
Vestirse.
Avergonzarse.
Reprochar.
Vivir.
Y...morir.
Mandar una carta de amor.
Romper cartas de amor antiguas.
Hacerse una foto y colgarla.
Romper con el pasado.
Angustiarse.
Empezar.
Terminar.
Te reconozco en el reflejo porque sé que eres mi ojera. Te reconozco en mi voz porque sé que eres mi garganta dolorida. Te noto en mi nariz porque tiene la punta fria. Me cuesta no pestañear porque tu aliento me reseca la retina. Me cuesta andar porque mi 100% no está disponible debido a que pienso en ti. Rabio de dolor porque me falta un trozo y eres tú. Lloro escondido entre mi propia vegetación porque tú vigilas mis prados, mi ganado y mi vida. Conservo plumas porque admiro tus alas. Vivo porque me lo permites. Siento porque existes.
Mi alma está confiscada.
Mi corazón está roto, pero tengo el cemento y tú la ilusión.
Mis besos son frios.
Mis te quiero pinchan.
Mis caricias arden y mis ojos se clavan.
Mi boca es mi arma y mis balas son sus palabras. ¿Seré capaz de perforar?
Estás en mis oídos porque escucho música.
Siento porque existes.
Siento porque existes..
Siento porque existes...
Siento existir.
Se me acabaron las razones hace bastante tiempo.
No me queda munición, mi arma está gastada.
No me caigo, sólo me lanzo.
¿Por qué esto no es un sueño? Porque tengo ansiedad cuando no está y cuando está me relajo.
¿Por qué sigo vivo? Porque ella me lo permite.
¿Quiero esto? No.
¿Qué promesas no cumplo? Las que me hago a mi mismo.
¿Merece la pena? No lo sé.
¿Lloraré? No hay por qué, más para sonreír.
¿Seré capaz? Eso espero.
Y caigo...y caigo...y caigo...y el vértigo me despertará en 3...2...1...

lunes, 15 de noviembre de 2010

Vigésimo cuarta entrada. Mirada atrás:

Aquí estoy, sentado.
De nuevo ante el teclado, yo y el frio contenedor de letras sin sentido arremolinadas de la que durante un tiempo fue la forma más propicia para que las palabras no trabasen las letras y las baras del metal que fuera que las acercaba al papel.
Sigue, como siempre, ese malestar que me supone escribir y que, aunque me deje buen sabor de boca, sé que siempre que lo hago es porque algo me ha dado un buen choque.
De nuevo encuentro junto a mi teclado un ratón negro que no se mueve, y mejor será pues cuanto menos se mueva mejor será la pieza.
Me gustaría poder ser más implícito o que no fuese fácil entenderme, que quien lo hiciese se sintiese en armonía con su mente, pero no soy difícil, mis temas son el amor, el sufrimiento y sobre todo un tremendo hastío que sufro desde mi tierna juventud por cualquier estupidez que me pasase. Hoy dia, aquí, me siento totalmente distanciado de aquello que podría considerarse normal, no lo digo para reivindicar nada más que esa parte que tengo y que quien sabe que sepa que los demás no tienen. Yo, en mi desgracia, disfruto de la gracia de un peldaño por encima de los demás, puede sonar egocéntrico, pero es receta médica, a mi que me registren, sólo recito con palabras textuales aquello que un psicopedagogo dijo en su momento a mi madre tras llevarme al mismo por controvertidas ideas que tenía a mis 5 años. En su momento mi madre me llevó al psicólogo por extrañas razones que aún hoy me desconciertan, pero se llevó, de golpe y porrazo, con un hijo que al parecer tenía demasiada madurez, con 5 años, ya ves cómo me como yo eso.
Empiez pues por cuestionarme aspectos vitales como la muerte y la fugacidad de la existencia a poco más de los 8 años con estruendosas guantadas de mi padre si era capaz de preguntarle por las muertes de éste y aquel, ya que a él le repele el tema supremo que a todos llega y a mi sólo me inquietaba. Mi madre, por su parte, prefería escucharme como agua de lluvia en la cocina mientras pelaba papas o mientras freía algún filete, no era más que ese zumbido incesante de cualquier mosca, la diferencia, supongo, sería que yo pretendía que alguien simplemente me diese conversación.
¿Qué podía hacer un niño de unos 10 años metido en una casa con preguntas existenciales? Si han pensado videojuegos, tele y libros que le cogía a su tio han acertado, si no simplemente se acercaron poco. Comienza pues mi etapa intelectual. Empecé con libros como "un yanqui en la corte del rey Arturo", videojuegos como "Spiderman" de la Play Station 1(demostrándose así cuánto me afectó perder en una catastrófica caída la Megadrive de mi padre y sus juegos) y programas infantiles de Antena 3 y alguno que otro de Canal Sur 2 Andalucía.
Mi vida transcurrió desde ahí normalmente, como, supongo, la de la mayoría de los chicos y chicas de mi edad, aunque con matices; mientras otros veían porno a escondidas, yo leía por las noches, que ya ven mi rebeldía.
Todo fue bien y, sin comerlo ni beberlo, me volví un chico normal, es decir, sin preguntas existenciales, libros de Mortadelo y Filemón y con el Pokémon Amarillo distrayéndome por las tardes, y así fue la cosa hasta que cumplí los 15.
Los motivos que hacen esta edad relevante son amores locos, amigos que desaparecen por amores(recordemos la causa de escisión de los Beatles) y amigos a los que hice daño y que hoy dia aún siguen sin perdonarme, habiendo pasado a bandos contrarios desde los que pueden acañonarme.
Realmente la historia de mi vida carece de interés para cualquier libro o texto, pero supongo que esta noche no tenía más que decir, no sé qué pensarás tú/usted. El cúmulo de factores que ocurrieron en mis 15 años dieron lugar a una mancha mutante que poco a poco se adueñó de mi forma de pensar y actuar. Más tarde llegaría una etapa más nihilista y pesimista, pero esa es otra historia aún más larga.
Lo cierto es que hoy estoy solo, en esta silla oscura y cómoda, por cierto. Esta noche no es más oscura que cualquier otra, ni invoca más a la reflexión que otra, es sólo que...por hoy, lo necesitaba.
No creo que sea bueno irme así, sin más, habiéndote/le contado la historia de mi vida. Creo que debo irme con una explosión final. He escrito esto porque veo como el mundo circula, desde mi infancia, a otra velocidad, a una que me es imposible percibir. La gente normal vive su vida a partir de sus deseos sin contar con aquello que resuena en mi cabeza a diario, ese conjunto de voces morales y éticas que destrozan cada acción para que sólo sea ejecutada correctamente. Para cuando me haya sumergido en el olvido todo esto será lo único que quede de mi, y lo peor es que aún me queda para vivir naturalmente, no sé si un coche, un arma o la mala suerte me segarán antes de tiempo. Sea cuando sea, mi vida es un pobre intervalo, no creo que aporte demasiado, pero me gustaría pensar que sí. Es ese vacío y esa falta de finalidad lo que desencadena toda mi frustración.
En fin, sin más tardar me gustaría dormir y desaparecer de mi mismo esta noche, navegar los mares o tener una noche apasionada en algún lugar remoto. Hasta otra.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Vigésimo tercera entrada. Tren:


Nunca me atreví a pensar que una vida pasajera pudiera causar tanto daño a la maquinaria del tren. Los vagones perdidos buscan al revisor que marque un billete exacto en esta vía destrozada.

Se fue dejando una marca de evidente vandalismo, y, aunque lejos, aún se rompen ventanas. El carbón se lo llevó, se mueve con la voluntad que le queda y con la experiencia del conductor.
Aunque sea tren existe en un mar de inquietudes y las pocas farolas que iluminan su camino se rompen al pasar. Pasajeros con ilusión buscan desde las ventanas las estrellas en el cielo, pero el humo que suelta por añoranza a falta de carbón tapa el techo oscuro de por sí y sólo permite ver espacio en la inmensidad del viejo y roído tapete negro donde una luna nueva existe inexistente.
Un antiguo viajero con gabardina y sombrero sentado juega al ajedrez tranquilo y sereno, en peores situaciones ha estado el tren y él sólo se levanta para comer. Su contrincante es un chico escuchando música y se cuentan por miles las partidas; todas empatadas.
El cocinero es una persona agradable, pero no intimida con personas, sólo con la comida, quizás está loco pero un dia explicó con grandes argumentos su filosofía, por lo que nadie lo molesta.
Este tren continúa a duras penas y algunos mecanismos le fallan. Circula con pocos pasajeros y tiene la esperanza de que en la siguiente parada suban nuevos pasajeros y algún que otro mecánico. Con la vista apuntando al horizonte el tren continúa, y la esperanza le es más que suficiente.

viernes, 1 de octubre de 2010

Vigésimo segunda entrada. Conversación(2):


Bajo la cascada está ella. Es un ángel sin alas y tan virtuosa como cualquier músico de renombre.
Entre árboles estoy yo escondido y observo detenidamente y con vértigo sus naturales curvas.
La voz de mi "compañero" no consigue alterar mi atención, imposible.
Ella sale del agua y yo me escondo sigilosamente, sé que está mal, pero ella es en sí un pecado y yo estoy bendecido por el arzobispo, no creo que vaya a ir al cielo de todas formas, ya he pecado suficiente, por eso no me preocupa que sea una vez más, y menos si, como esta vez, merece la pena.
Al fin se va y no puedo seguirla, me siento apoyado en el tronco de un árbol y suspiro, mi compañero entiende eso como una señal de que quiero hablar, pero mi mayor propósito es escalar sus montañas y navegar por ella hasta su boca donde comercializar con su saliva.

-Tienes una misión.- dice mi ya viejo amigo.

-Me queréis para vuestros propios caprichos, no tengo ninguna deuda, ¿cuántas veces tengo que repetírtelo?

-Por mi señor, ¿aún no entiendes que todo en tu vida está en concordancia con tu misión?

-La verdad es que no quiero entender nada.

-La verdad es la verdad que te haya dado Dios, no puedes protestar ante su divino propósito.

-¿Qué clase de propósito mueve a un ser a dar vida?¿Por qué les hace a unos felices y a otros tristes?¿Por qué los hace matarse en campos de batalla y les da maldad y odio?

-Esas son preguntas que no te incumben pues como humano tu misión es obedecer sus voluntades.

-Si mi misión es esa, ¿por qué me permite cuestionármelo y no me hace pensar sólo en ella?

-Porque necesita darte fé. Una misión si se realiza con verdadera fé tiene un muy alto porcentaje de posibilidades de victoria.

-Podría inocularme esa fé.

-Escapa a su voluntad, no desea tener vasallos limitados.

-Sin embargo limita mi libertad.

-Sin gente como tú, dispuesta a perder su libertad de forma altruista, el mundo y el propio Dios serían destruidos.

-Yo no quiero dar mi libertad de forma altruista, quiero pensar por mi mismo y placar mis ansias de conocimiento, así como también quiero experimentar la felicidad que produce la ignorancia. Saborear rios de placer y conocer personas que sé que, gracias a mi misión, no conoceré, pues no es la voluntad de Dios, sin embargo, los demás pueden estar bajo sus propias leyes con la única limitación de su ética...

-No necesitas eso, son vulgaridades humanas, bajo el servicio de Dios tendrás aquella felicidad plena y podrás aspirar a todo el conocimiento que desees.

-Menos el exclusivo de Dios, pues si me lo diese sería igual de poderoso que él y podría derrocarlo, ¿no?

-No lo sé, yo no quería conocimientos, yo quería música y en el cielo me encuentro falto de angustia ya que conozco artistas de todo el mundo y tiempo; artistas que no existen, artistas que existen, conocidos y no, todos dentro de mi círculo de placeres sobrehumanos.

-Aún así, dentro de mi misión hay un punto que contradice mi plena voluntad, no deseo hacerlo.

-Es una forma de demostrar tu fé, amigo mio. Si haces esto estarás preparado para tu meta final y sólo tendrás que hacer tiempo, es simple.

-¿Y qué si no quiero?

-Dará igual, es tu misión y es lo que harás, en el caso de no cumplirla bajo tu voluntad y tener yo que intervenir tendrás que demostrar tu fé de igual forma en una prueba futura, quizás más dura...

-No sería capaz de aguantar una segunda vez, de eso estoy seguro, pero tampoco quiero hacerlo, es una situación muy difícil, espero que lo entiendas.

-Lo cierto es que no, yo tuve que perder cierta parte de el total de mi felicidad en mi vida humana para conseguir demostrar mi fé y, hoy dia, aún no me he arrepentido. Fue mi tributo, el resto de mi vida humana como un muerto sin alma, en comparación con toda mi vida, eso fue un simple segundo.

-¿Pero te fue tan sencillo?¿No sentiste la tragedia en ti?

-Claro, pero la corte celestial me ayudó dándole a otro mi tristeza...

-Pero yo la amo, no quiero perderla, es demasiado duro.

-No es tu voluntad la importante.

-Pero sigue siendo la mia...

sábado, 25 de septiembre de 2010

Vigésima primera entrada. Diario del muerto:


(Escrito hace 4 meses)
Hoy me he vuelto a levantar pensando en ella, los recuerdos de los últimos años aporrean la corteza de mi débil mente de humano depresivo cuando intento recordar lo que me llevó a esta situación. Recordando y pensando el otro dia quise remontar mi vida en mi mente, desde el momento en el que me olvidé a mi mismo y el viento, con ayuda del tiempo, me trajo a este lugar. Pensé, creo, miles de posibilidades, pero si esa posibilidad era feliz, ella aparecía. Maldecí una y otra vez mi dependiente mente, pero sólo sirvió para que esa misma noche la pasase replanteándome la ida definitiva. Añoro los felices y dulces momentos en los que toda mi familia se reunía para mantener el contacto, añoro a muchas personas que me hicieron reír y sonreír y, de la misma forma, recordé, aunque con desgana, a aquellos que consiguieron lo contrario. Buenos o malos, aquellos recuerdos se clavaron en mi mente igual que agujas oxidadas. Puede que me esté volviendo loco, pero ni siquiera entiendo el por qué...
(Escrito hace 2 semanas)
Desde el día en que llegué aquí, hará 2 años, escribo una vida más en éste pequeño baúl. Más de 700 reflexiones asociadas a mi existencia diaria, y sin embargo, no soy capaz de entender por qué sigo culpándome.
Dicen que cuando algo pasa de repente nuestras mentes son incapaces de asimilarlo; puede que sea ese mi problema...
Pienso casi a diario en la distancia que nos separa y también en que quizás no nos separe ninguna distancia porque ella ya no existe, y eso es lo que se clava en mi alma como una espada oxidada. Espero algún día estar preparado para estar sin ella; espero estar preparado para vivir al margen de su inexistencia, porque cada vez noto que la carga es más pesada y no puedo llevarla yo solo...
(Escrito ahora)
Vivo en esta realidad sin sentido con paredes reversibles, pero aún así no es eso lo que me preocupa, sólo me preocupa el hecho de que la bala está junto a mi cabeza y por alguna razón quien sea que gobierne en las realidades fisicas ha querido que el tiempo se relentice de forma que la vea venir, entrar y salir.
No quiero ser yo mi verdugo, sólo quien tiene el hacha para cortar las cuerdas que me atan a la horca porque el oxígeno ya no accede a mi cabeza, sólo la sangre empieza a preguntarse por qué no es todo igual. En conjunto estoy tan destruido que me gustaría preguntarme ¿qué tal? Sin saber que me estoy mintiendo responda lo que responda.
Ahora mismo, mientras escribo, una estrella me está acorralando con su luz, no sé si lo hace para que lo deje, para que me calle o para que simplemente me brillen los ojos. Mi pasado es el que fue, mi futuro es el que será y mi presente tiene matices propias de un eslabón dentro de esta gran cadena. No es nada extraño el hecho de saber que un veneno me está matando y la única cura que existe es un abrazo, abrazo que se me negará porque vivo por y para, pero, ¿qué se le va a hacer...?
¿Es esto real? ¿Escuché bien al ángel de la muerte diciéndome que la capucha sólo la lleva para que nadie acceda a su cerebro? ¿Es cierto que un ladrillo ayer mató a una anciana mientras volaba libremente y se le imputó una pena de muerte porque sólo quería sentir que era libre y no siamés del hormigón de la estructura? ¿Real es la sangre que mantiene vivo al ser? ¿Real es el aire que respiramos? ¿Real es la realidad en la que nos planteamos que quizás ésta no sea más que un espejo de la verdadera que hay al otro lado del maldito espejo en el que vivimos? Da igual. Explico el por qué, no hay por qué dejar las reflexiones en el aire. Da igual porque la bala atravesará, da igual porque la espada se desenvainará, da igual porque hoy escribo esto y eso es signo de que ella no está. Da igual porque nunca hubo una real razón para nuestra existencia y uno de nuestros principales propósitos es encontrar la inexistente razón de realidad. Da igual que la sangre nos mantenga vivos o por qué lo hace. Da igual que el aire que respiremos nos proporcione vida y muerte oxidándonos o por qué existe como tal. Da igual por qué sentimos que un abrazo nos salva, un tono rojo nos delata o un tono blanco nos mata.
Realmente, querido lector y a mi mismo me lo dedico, escritor, no importa nada más que el segundo que tenemos delante porque el anterior ya ha pasado y auún es temprano para pensar en el segundo que nos plaque.
¡Já! Quién se cree el último párrafo, ¿eh? Nadie puede vivir pensando en presente, todos sufrimos por el pasado y nos agobiamos con el futuro, nadie permanece impasible ante esto porque sabemos que son nuestra única realidad, la única que podemos concluir como verdadera realidad.
Este párrafo, otra parte de materia inexistente.
Dijo alguien que el átomo está formado en casi un 99'99% de vacío, siendo lo restante la parte que contiene algo, es decir, el núcleo y sus electrones. Según esta teoría, nosotros somos un 99'99% de inexistencia, y el resto de lógicas teorías, claro que sí. Pero no, no nos engañemos, ¿de verdad nos creemos que eso que somos, el 0'01%, es lo que nos hace ser un ser?
Por hoy no aguanto más, voy a dormir, ¿quién sabe si mañana me levantaré? Por el momento dejémoslo en que tardaré el mismo tiempo que siempre en dormir y que espero que, algún dia, sea capaz de vivir sin ella.

lunes, 16 de agosto de 2010

Vigésima entrada. Estrellas y recuerdos:


-Migue, venga, entra y compra no sé qué.

Y Migue va sin ningún problema. Entra en el inmensamente pequeño lugar, al menos pequeño para la cantidad de gente que hay. La barra, pequeña para tanta gente, invoca líneas que salen de ella y terminan fuera del establecimiento. Las paredes por fuera son blancas excepto por unos centímetros por encima del suelo, esa franja es amarillenta, y a un escaso metro sobre esa franja está el nombre del establecimiento sobre paredes que, quizás debido a su antigüedad, están algo despintadas.
Poco a poco la cola se mueve, y Migue también, entre la corriente de humanos que algún artículo desean tener. Migue se quiebra un poco la cabeza pensando por qué las colas de una panadería, que, supuestamente, vende productos de muchísima más necesidad, no están tan abarrotadas. Pero no consigue nada.
Migue pasa por la puerta del establecimiento, a su alrededor paredes, humedad, varios tabiques...y muchos cuadros y posters. A la derecha esa barra de madera algo mojada, y tras ella una especie de habitación llena de toneles y camareros moviéndose como hormigas deseosos de conseguir el máximo beneficio. A la izquierda hay una silla y sobre ella un señor barbudo con una gorra que podría catalogar de "marinera". Sostiene un vaso de vino y habla con otro hombre con una barba menor que la del anterior hombre, pero igualmente considerable. Migue, lejos de prestar atención a su, seguro que interesante, conversación, se fija en el cuadro que tiene pinta de más antiguo y que está justamente en frente de él, colgado de un tabique.
El cuadro muestra un hombre con una especie de parálisis parcial periférica, pero Migue no la mira por eso, lo mira porque está ahí. Lejos de ser olvidado, ese hombre está en un cuadro y cada dia pasan junto a él...quizás hasta cientos de personas, pero pocos se paran a pensar qué habrá hecho ese hombre para estar ahí. ¿Habrá sido bueno?¿Habrá aportado dinero a la construcción del local?¿Inauguraría el local?¿Sería alguien a quien el dueño admira?
Con tanta pregunta Migue está fuera, con 2 bolsas repletas de los artículos que se vendían. A su lado su madre y su abuela hablando de cosas, que sin duda, serán interesantes y, al parecer, divertidas por lo mucho que se ríen, pero Migue decide esconderse bajo sus cascos y pensar en el hombre del cuadro.
Unas 5 vidas completas con sus descendencias después, Migue llega al lugar con alias "destino". Allí suelta las bolsas, ha quedado para ver las lágrimas de San Lorenzo. Migue recorre las calles, esta vez pensando en cuántas estrellas verá y en qué puede desear.
Una vez llega todo el mundo se saluda, como un ritual igual al de cualquier animal...solo que el ser humano lo considera supremo y elegante, pero hasta los perros lo hacen. Unos minutos después, medidos por Migue como canciones, están todos o sobre madera o sobre arena. Todos increíblemente sobresaltados con cada estrella fugaz. Migue está tan atónito que olvida pedir deseos por cada estrella, realmente parece que el cielo llora...y Migue piensa que quizás sea por el mal de cada hombre y mujer o porque olvidó sacar a la perra al llegar a "destino" para que hiciese sus necesidades(más tarde supo que alguien la bajó por él).
Decide el grupo volver, aunque Migue desea con su alma quedarse sobre la arena a oscuras con algo de música, un teclado y mucho que escribir...pero no tiene teclado.
2 reflexiones más tarde sobre los deseos que podría haber pedido y tras unas pocas de risas, llega al lugar donde anteriormente comió un helado(que por cierto catalogó de riquísimo). Allí el grupo se separa por la mitad, él es el que vive más lejos, pero realmente le encanta ir solo porque así, si se pone los cascos para escuchar música no parece que esté ignorando a su acompañante. 4 besos y un apretón de manos más tarde Migue comienza a andar solo entre bares cerrando, alcohólicos en grupo cantando o serenos y luces amarillas que daban un ambiente muy taciturno, pero eso sí, con música que le hace pensar de nuevo en el hombre del cuadro. Cuando está a menos de 2 canciones de "destino" los pensamientos cambian y de repente se pone a pensar en la urna que tiene en mente tanto tiempo, esta vez no está llena de lo mismo, esta vez no estalla, esta vez Migue acaba de despertarse; lleva 2 horas dormido soñando lo que ha hecho anteriormente con algunos matices. Le ha despertado una cortina que por el viento le ha acariciado la cara...sonríe, se acuesta de nuevo, se da la vuelva y, con sonido de ronquidos de fondo decide intentar dormir de nuevo. 3 canciones después lo consigue y a partir de aquí...la historia se vuelve oscura.

jueves, 29 de julio de 2010

Decimo novena entrada. Urna:




Uhm...tranquilidad, eso era lo que realmente necesitaba. Respirar 5 segundos y hundirme en esta bañera preparada con lo que hay dentro de esa urna que todos resguardamos de los golpes, las heridas...
Aquí estoy, flotando en una disolución de agua y yo mismo con algo más...algo incorpóreo.
Siento eso que todos dicen sentir, pero que nadie siente realmente...quizás como yo ahora mismo.
Da igual, ya llevo un rato aquí, debería irme...no, mejor no, tengo ganas de conversar.
No comparto con ningún alma ningún vínculo suficientemente fuerte como para que se quede conmigo en una bañera como para pedirme algo. No conservo ningún alma atormentada que vaga por mi casa buscando algo que yo le pueda conseguir. No maltraté ningún animal si no fue en mi atormentada niñez, y fueron de moscas a hormigas, las cucarachas siempre me repelen y los saltamontes me parecen bellas criaturas, bellas y gráciles, pero alguna ley mental me prohibe acercarme a ellos sin tiritar. Supongo entonces que esta presencia tiene que ser algo creado por mi mismo.
Sus ojos no denotan más que profundidad...tristeza y algo de melancolía. Se siente títere sin cuerdas, se siente un monstruo, y lo único que quiere es ser destruido sin que nadie se acuerde de...¿debería decir él o ella?
Sus labios están heridos, mezcla de golpes y frío. Su expresión es triste, inocente...
Parece un niño, pero tiene rasgos adultos.
Con lentitud alza su brazo y señala un rincón.
Con más desgana que interés me levantode mi relajación y me dirijo hacia el rincón que sin ninguna razón ha oscurecido.
En un parpadeo me veo en esa sala cuadrada, en el centro esa urna sujeta por una mesa de madera marrón, encima esa lámpara que cuelga dejando en el suelo un círculo de luz.
Esa urna que me desvela cada noche y que guarda algo. Se escucha un líquido chocando contra las paredes de un recipiente de vidrio, en este caso la urna. Paso a paso me acerco hasta ser alumbrado por la lámpara. Subo a la mesa y miro dentro de esa urna con forma de botella con cuello abierto.
Y así fue como me sorprendí al encontrar lo que ya sabía que había.
Vuelvo sobre mis pasos y vuelvo a estar en la bañera, esta vez solo.
Uhm, relax...y poco a poco me hundo en mis propios mares.

viernes, 9 de julio de 2010

Decimoctava entrada. Conversación:

-Vamos, levanta.

-¿Para qué? No paran de disparar, ¿es que no te das cuenta?

-Claro, siento tus daños a nivel microscópico. ¿No habías notado que ha desaparecido el dolor?

-Creí que fue la heroína que nos han suministrado...tú no tienes pinta de estar dolorido...o dolorida.

-No, recibo tu dolor, pero lo materializo en fuerza, destreza, agilidad y astucia que te inoculo.

-Eso es una estupidez. Lo único que siento a veces es que una bala debería cruzar mi cabeza.

-¿Qué solucionaría eso?

-Bueno, los de detrás mía tendrían lluvia de confeti...

-Tu misión te la envía el cielo. Soy yo el enviado que te defenderá en tus guerras hasta que hayas cumplido el propósito encomendado.

-¿Qué clase de Dios te envía que manda a pelear a sus hijos sabiendo quién ganará y cambiando el resultado final a su antojo? ¿No sabe que los corredores de apuestas podrían enfurecer?

-¿Y qué clase de humano eres tú que capaz eres sin problema de arremeter contra tu Dios?

-Dios será tuyo, mío no es más que todo lo que me ves puesto, la locura y las ganas de seguir vivo para cobrar una buena recompensa.

-Estás en una guerra contra las demás religiones. ¿Por qué luchas en este bando, hereje?

-Porque, al igual que muchos, necesito dinero. La economía de guerra no da muchos puestos de trabajo. O aquí o en la fábrica muriendo poco a poco sin haber conseguido nada más que un cáncer de pulmón por las emanaciones. Yo estudié, creo que merezco algo más que un cáncer al final de mi vida.

-Podrías morir en la guerra, ¿no decías que te importaba tu vida?

-Vamos, míralos, ellos son como nosotros. Cualquiera de ellos podría arrebatarme la vida, pero no lo harán. Entre sus filas hay tanto abogados como bomberos, yo soy filósofo y aquí estoy, hablando con un ángel.

-Y sin creer en Dios.

-Sigo creyendo que eres efecto de la heroína.

-No soy efecto de nada, soy el arcángel...

-¡Me da igual quién seas! Oh, ángel, si de verdad existes...para esto. Tanta sangre...tantas...¿Almas? No creo que existan, hay estúpidos que por vosotros matan.

-Sólo un necio podría hablar con un ángel y seguir creyendo que Dios no existe.

-Un necio o un hombre que se planteó a Dios como una figura misericordiosa y gentil antaño. Hoy lo cree el ser más despiadado que ha podido crearse.

-Calla, hereje, ¡injurias a tu Dios!

-No es mi Dios, es el Dios de quien muere rezando, es el Dios de los pobres, de los desamparados, de los tristes y de los minusválidos, el Dios de los desgraciados y el de los cobardes.

-Es Dios de todos.

-Pero deja morir de hambre a sus...cómo sería quien tiene por...gente siendo Dios...no me explico.

-Él es el Dios de ellos, pero ellos no son nada de él más que siervos.

-Ah, osea, que ahora son sólo siervos.

-Pero cada siervo tiene el don de la vida.

-Don que podría quitarle cualquier otro siervo si así lo desease Dios dándole esa finalidad.

-Dios encabeza este plan divino.

-Siendo todopoderoso, ¿por qué no avanza directamente al final y se deja de tanto plan?

-No cuestiones su obra.

-Si no quiere que lo cuestione, ¿para qué me da mente?

-Para que tengas la tentación y tengas la posibilidad de ser fiel, por supuesto.

-¿No sería más fácil...simplemente no dar posibilidad a tentación? Los mayores errores de nuestro mundo se dan por tentaciones.

-Loco, el ser humano es una criatura incompleta, no puede ser divino como Dios y como tal carecer de fallos naturales.

-Yo al menos tengo poya, tú no tienes nada. Soy yo como tu versión 2.0.

-Eso es realmente grosero. No necesito sexo, el placer que me da Dios es 1000 veces mayor.

-¿Orgías divinas?

-Por favor, no seas estúpido, me refiero a servirle...

-¿El té?

-Por favor, calla y dispara, basta de cháchara.

-Detén esto, así lo ordeno.

-¿Quién eres tú para dar órdenes a aquel que representa la voluntad de Dios?

-Aquel que tiene la capacidad de cambiar la voluntad de Dios.

-No puedes.

-Si me pegase un tiro todo esto acabaría.

-No puedes desafiar a Dios, es inconcebible.

-Rétame.

-No puedes...

-Cierto...

-Así me gusta, continúa con tu deber divino.

-De acuerdo...procederé a simplemente...seguir lo que para mi está escrito...seré para algunos un héroe, siendo para otro algo predecible...seré lo mismo que siempre. ¿Realmente cuál es mi finalidad?

-Destruir a los demás por no creer en tu Dios.

-¿No podría simplemente cambiarles la mente?

-No es tan fácil, podrían relevársele los que no se cambiasen de mente en un futuro porque creerían que hace con la gente lo que quiere.

-Joder...
(Quizás algún día continúe. Por hoy no tengo ganas. Por cierto, eran un ángel y un soldado en una trinchera.)

sábado, 3 de julio de 2010

Decimo séptima entrada. Misericordia:





Me han cortado las alas, me han rebanado los dedos, me han arrancado la lengua...y aún así aquí estoy, contra vosotros, víboras.
Me han insultado, me han golpeado, me han humillado, me han escupido, se han reído de mi...y aquí sigo, contra vosotros, víboras.
Siento de verdad esta profundidad en mi pecho, mi hueco, mi profundo mar de dudas que sólo pueden responder tardes de reflexión.
Soy el vástago de vuestra ira, odio y desprecio, pero no por ello os odio, simplemente...estoy contra vosotros, víboras.
El motor que mueve mi vida se ha parado por los latigazos, golpes con barras de hierro y balazos al alma.
Ahora, que arrastrándome he salido y con otros ojos veo todo. Ahora que la verdadera luz me ciega y ahora que mis lágrimas derrochan felicidad...ahora es cuando más os perdono.
Salto y caída en mi vida han ido de la mano, nunca comprendí por qué os empeñabais en ponerme esos obstáculos.
Sigo sin poder recordar sin pena y melancolía momentos en los que vosotros, que me habéis destruído, me brindabais sonrisas, risas, detalles preciosos...
Recuerdo a cada uno con un nudo en la garganta preguntándome por qué. Recuerdo el primer golpe duro de mi vida como el comienzo de mi metamorfosis, y lo recuerdo fuertemente porque no sólo perdí por una parte que en un principio creí importante, sino porque perdí un amigo.
Más adelante, habiendo olvidado todo, la vida volvió a darme algo de tiempo para respirar y una vez cogido suficiente aire, las víboras volvieron a golpearme. Sólo quería sonreír sin necesidad de nadie y pedí espacio...ahora recojo odio, ira...por pedir espacio, por pedir mi vida.
A vosotros, víboras que os aprovechasteis de mis dudas para ponérmelo todo en contra, a vosotros...sí, os he llegado a odiar, pero no os odio, no creo que sirva de nada. Sólo...pido perdón por no haber sido algo más espabilado y haberos esquivado, ahora os creeis vuestras propias mentiras contra mi, y, perdonadme pero, eso es patético.
Después, después de pensar muchos "y si hubiese..." llegué a conclusiones sin sentido en las que yo era culpable de todo y merecía la muerte. Me ahogué entonces en mi y decidí que merecía sufrir, así me castigué y así os complací sin que lo supieseis, nunca conoceréis la historia, pero os aseguro que me hicisteis sangrar.
Más cercano al presente, cuando había cogido una brizna de aire, la vida me da el revés más fuerte de mi existencia. ¿Qué podía hacer contra la nada que ocupaba poco a poco mi mente? ¿Luchar? No, dejé que me consumiese y la sangre se multiplicó. En ese momento, víboras, hubo segundos de tensión en los que me pudisteis haber perdido, pero...fui fuerte.
Ya casi en el presente, mi mente y mi necesidad de expresarme me la juegan y caigo rompiéndome parte del cráneo. ¿Por qué pasó eso? ¿Era realmente necesario quitarme razón? El caso, queridas víboras, es que sufrí porque por un momento me vi acallado para siempre, y así cerré mi boca, grande como ella sola.
Ahora, creyendo que había llegado hasta aquí consumiendo y no llorando, me doy cuenta de que...soy realmente estúpido.
Os dono mis ojos, la realidad ya no me gusta. Os regalo mi cabeza y mi habilidad para sacar sonrisas a quien llora, no me va a hacer más falta. Os facilito mis piernas que han llegado al punto de levantarse solas si alguien me tira.
De nada, víboras, ahora, aprended a ser hombres y mujeres, porque podéis serlo. Ahora centraos en lo realmente necesario, porque os chocaréis con la primera farola que se os cruce. Alegraos, habéis cumplido vuestro cometido y me habéis hecho daño, tanto los que me lo quisisteis hacer como los que no, pero tranquilos, no os guardo rencor, quizás no sea Dios, pero soy misericordioso hasta hartar.

Dieciseisava entrada. Soledad:

19 de Abril de 2009:
Yo, que estuve en el infierno y el cielo, recuerdo el pasado, aquel del cuál, ineptamente, me alejé. Un pasado tenebroso del que huí con temor de que me corrompiese, ahora, que recuerdo un pasado más presente, entiendo por qué huí y por qué no debí hacerlo. La explicación es sencilla, cuando alguien es, por naturaleza o errores del pasado, triste, es mucho más feliz, es decir, cuando alguien está triste y no ha conocido la felicidad, ya sea afectiva, social o simplemente por la realización de la persona, es feliz porque cualquier acto de bondad es como un mundo para él y se siente querido. Buscamos un lugar al que escapar porque no somos capaces de aguantar nuestra carga y desviamos nuestra carga de cualquier manera, cada persona tiene sus vías de escape. Ahora entiendo que la carga te hace feliz porque te das cuenta de que mucha gente, que también está triste, te ayuda a soportarla. Cuando eres feliz, lo sabes, y también sabes, en el fondo de tu alma, que no será para siempre, es una droga, y por mucho dinero que tengas, algún día se te acabará, y no podrás volver a comprarla, y sufrirás. Sabes que tu sangre, contenida en una urna de cristal muy fino, saldrá por alguna grieta, hasta que tu cerebro no pida más que un simple respiro sanguíneo. Quiero volver, no al pasado repleto de rosas y mariposas, quiero volver al de espino y crueldad, sin recordar el otro, quiero volver a saber lo que es la felicidad a nivel celular, lo que es que sepas que no puedes tener nada que te saque y te dé igual porque te vuelves fuerte. Aunque, he de admitir que me divertí, que si lo supiera quizás caería de nuevo sin arreglar nada, no me arrepiento del pasado, me arrepiento de no tener la llave a mi felicidad actual, escondida en el fondo de tu esencia. Te fuiste, se nota tu soledad, dejaste una carta escrita con la sangre que se derramó de mi urna, sólo invoca a mis lágrimas, pero es la parte más bonita de mi vida. Qué hacer cuando sabes que tu vida no es más que una ruleta, una moneda que gira en el aire hasta llegar al suelo, unos dedos temerosos de elegir mal. 2 opciones que debaten, siendo tú la víctima, siendo tú el que menos opciones tiene. Tu mente, dividida en 2, mi mente, dividida en millones. Qué hacer cuando una parte de tu mente decide que tu misión ha acabado y la otra que aún tienes que disfrutar, cuando piensas que tu vida no tiene sentido pero que lo tendrá, cuando no quieres vivir en un infierno porque viviste en el cielo, cuando quieres volver al limbo...todo es más feliz con el calor, lo admito, pero prefiero mis hielos. Quiero muchas cosas, pero lo que más quiero es librarme de una carga de la que no tuve culpa, esta cruz no debería ser mía y sin embargo lo es.

jueves, 27 de mayo de 2010

Quinceava entrada. Lejos:


Hoy la luna se ha puesto un precioso traje de cristal. brilla sin cesar con nuestra atención fijada y mientras tanto, pequeños trozos de aquel maldito y transparente vestido caen. Harto de tanta ignorancia decido, para probar suerte, sacar la lengua y embriagarme con uno de los cristales.

Me atraganto con un poco pero decido seguir. ¿Será posible que soy tan estúpido? ¿Qué me he hecho yo para hacerme ésto? Y mientras tanto, allí en la inmensidad de la negrura allí brilla.
¿Acaso me desafía? ¿De verdad quieres que vaya? Es tan larga la distancia y las ganas que mis piernas tienen de empezarla...pero mi mente me para. No es más que un poco de frialdad, todo es ver un poco de locura en todo y empezar a creer que todo se desgaja a la altura del más mísero ser que exista.
No olvidemos sus zapatos de cristal, oh, maldita luna, que me pisas sin pudor creyendo que tienes derecho.
En su humilde, inmenso y amoratado escenario está y mi hambre desata, más que comérmela no quiero. Pero, ¿por qué me hace esto? ¿Qué quiere? Deberían prohibirle hacer tanto daño a un solo ser humano.
Sin embargo aquí sigo, pues la luna no se va a dar cuenta, el sol va a brillar después y la va a tapar, ya sea porque es estúpida, porque yo no quiero andar o porque simplemente todo no es más que un chiste de mal gusto.
¡Oh, vamos, acércate!
No, mejor que no se acerque, que la locura, el dolor y la tristeza más que urticaria no me causan.
¿Pero qué digo? Anda, callado mejor.
Desaparece de mi pensamiento, maldita idiota pálida. ¿Acaso te crees que ese traje de cristal es suficiente para aferrarte a mi imaginación? Sal ya de esta putrefacta habitación.

jueves, 20 de mayo de 2010

Catorceava entrada. Imaginación:


Las tardes de esta estación incitan, con la llegada de las largas vacaciones, a que las gentes de cualquier lugar busquen un entretenimiento gratuito en cualquier lugar.

De ésta o cualquier forma, un anciano y su nieto pasean bajo las sombras de los árboles de un parque, mientras, de forma curiosa, observan el paisaje. Supongamos que el anciano, dispuesto a ser parte esencial de la vida del chico, decide entablar una conversación existencial, por supuesto, sin percartarse de la corta edad del joven.
Las hojas caen ante ellos, y por supuesto por detrás pero, sin embargo, nadie frena la caída de éstas hojas quizás debido a la hora que es. Su soledad incita más a una incomodidad que respira el anciano y que el joven, sin ni siquiera notarla, la combate corriendo tras los pequeños animales, mirándolo todo como por primera vez...
Aún sin decidirse sobre cómo empezar, el anciano propone al joven, que aunque inquieto, parece ser dócil, sentarse en un banco para descansar al amparo de una sombra fresca.
Es así como el anciano, sin tener muy pensado a qué llevará la conversación, se lanza a un intento de unión:
-Bueno, Marcos, ¿recibiste por tu cumpleaños aquello que pediste?
-Sí, abuelo, me regalaron muchas cosas.
-Osea, que te dieron aquella máquina que querías, ¿no?
-Sí, sí.
-¿Y qué tal es?
-Es muy chula, puedes jugar al fútbol, puedes correr, puedes luchar, puedes pintar...
-Vaya, cuando yo tenía tu edad nos teníamos que conformar con la imaginación...
-¿Qué es eso, abuelo?
-La imaginación es...no sabría explicarte...es como aquello que nos hace inventar. Es una cosa que pasa en la cabeza que te sirve para ver cosas que no existen o que no has visto, una cosa que te entretiene y que...bueno, no sé explicarlo muy bien.
-Como cuando te castigan sin jugar a la play y te aburres y decides pintar, ¿no?
-Sí, bueno, supongo. Tú no haces eso mucho, ¿no?
-¿Que no hago qué, abuelo?
-Imaginar.
-No sirve para nada, es más divertido jugar a la play.
-Bueno, puede ser, pero...bueno, te voy a hacer un regalo para que lo entiendas. Pero me tienes que prometer que cuidarás del regalo y, de vez en cuando, aunque sólo sea cuando te castiguen, lo usarás.
-Vale, pero no será una tontería de esas que tú tienes, ¿no?
-¿Qué tonterías?
-¡Esas cosas que tienes en casa!
El anciano, sin comprender muy bien lo que el chico dice, y lejos de entenderlo como ofensa ríe un poco y saca de su bolsillo una libreta algo roída.
-Esto es una libreta donde la gente escribe, dibuja, anota...cualquier cosa. Con ella no sólo puedes dibujar, sino que puedes hacer cualquier cosa que tenga que ver con la imaginación.
-¡Ah!¿Y cómo se usa?
-Es fácil, sólo tienes que buscar algo. Dentro de ti, dentro de tu mente. Hay algo que necesita que hables, juegues, dibujes, quieras...
-¿Y eso qué es?
-Yo lo llamo "musa", pero tú podrías llamarlo como quieras. Aún así, la gente tiende a llamarla motivación.
-¡Ah!¡Pero abuelo, muchas páginas están usadas ya!
El nieto desconoce la pasión poética de su abuelo y desconoce de forma total su aprecio por esa libreta.
-Bueno, ahí hay ejemplos de imaginación. Por ahora, pensándolo mejor, quiero que la guardes y cuando lo necesites...sácala.
La conversación continuó un largo rato y posteriormente, para terminar bien el día, el abuelo compró a su nieto una bolsa de chuches.
Una vez hubiese llegado el chico a su casa, de forma inquieta y como portando el fruto del edén, corrió hacia su cuarto y buscó el mejor escondrijo que pudo.
Cada día, durante años, la libreta continuó en su escondite, lejos de la claridad, de la tinta, de la imaginación...hasta que un día, un chico algo más mayor que el que la escondió, se topó con la caja. La abrió sin saber qué era. "Yo, que sólo limpiaba voy y me encuentro con esto. ¡A saber lo que hay!"Pensó el chico.
"Primera página:
He aquí en mis venas toda la sangre apasionada que cualquier chico pudiese tener. Tengo en mi poder tal amor hacia ella que no sabría qué decir si me preguntasen por mi estado; si triste, si feliz, si enamorado, si maltrecho...
Cada día, una nueva ilusión aparece y otra se desvanece, cada vez que bajo su ventana aparezco y su silueta se dibuja en su ventana, no sólo me da un vuelco el corazón, sino que mi cuerpo entero se vuelve loco y desde un corazón volcado hasta una mente con la única necesidad de subir hasta ella con todo mi amor y quizás notas de flauta que armonicen el momento."
Fecha unos 88 años antes
Fdo: -----------


Por aquel momento, el chico, que estaba sentado en su cama leyendo, sencillamente miró a su alrededor mientras pensaba qué podía mover a una persona a escribir eso.
Por aquel momento, el abuelo estaba muerto para poder responderle.
El chico, sin respuestas a sus preguntas, siguió leyendo y no más que preguntas encontraba a las cerca de 200 páginas de sentimientos que ni siquiera había experimentado a sus 18 años.
Día tras día el chico pensaba y cuando leía, notaba cosas que nunca había sentido.
A sus 25 años, otras cerca de 100 páginas estaban escritas, y así decían:


"Segunda primera página:
Todo esto, superior a la mente, inferior al individuo...no puede ser real. ¿Qué es esto?No es malo porque arranca sonrisas, pero tampoco es bueno pues dibuja malestar. No siento más que curiosidad acerca de éstos nuevos sentimientos que me brinda un simple libro no teórico. Tengo 18 años y no estoy ni siquiera a la altura de entender algo que mi abuelo escribió cuando tenía unos 17 años. Supongo que nunca estaré a la altura de, no sólo entenderlo, sino de escribir algo con tanta profundidad.
Espero que al menos el destino, injusto y loco, me deje seguir leyendo cosas como estas. Hasta aquí por hoy."
Fecha 6 años antes del presente
Fdo: -----------


Y con ojos melancólicos por encima de una sonrisa volvió a abrir la libreta por esa página. Ahora que había sentido y sufrido todos esos sentimientos estaba dispuesto a aceptar el por qué de muchas cosas. Una vez cerrada y con la vista al frente entró en la entrevista de trabajo. Ni más ni menos que psicólogo, un psicólogo que apenas 5 años antes ni siquiera había tenido contacto con todo ello con lo que deberá "luchar".
Su nombre resonó en todo el pasillo. Una voz dulce lo llamaba. Se levantó y bajo la ventana observó un pequeño puesto ambulante de helados. Sin prestar mucha atención adelantó 2 pasos y entró en la sala que le esperaba.


Mientras tanto, en el puesto ambulante, un hombre con bigote y el vendedor con un traje blanco conversaban ante la falta de clientes. No era de esperar que estos dos señores fuesen, ni más ni menos que un padre de familia y un chico de familia. Aunque distaban mucha edad y aunque fuese normal que el chico tuviese menos experiencia vital, pongamos por ejemplo que en éste caso, el chico...ha vivido más. Pongamos por ejemplo que, aunque parezca extraño, el hombre del bigote no para de decir estupideces que el chico sólo asiente para no tener problemas con la clientela.
-Desde luego, ¡qué desvergüenza!
-A qué se refiere, ¿señor?
-¿Acaso no lees el periódico?Acaban de aceptar un envío de provisiones a los damnificados de un sitio dejado de la mano de Dios cuando ni siquiera tenemos para nosotros. Es una locura, deberíamos antes saciar nuestras necesidades antes que las de estúpidos que ni siquiera son capaces de regirse a sí mismos sin caer en una desgracia.
-Bueno, señor, quizás deberíamos asistirlos aunque sólo sea una mera fachada política para parecer "buenos". ¿Me podría dejar el periódico?
-Por supuesto, para disgustos está el banco, tómalo, tuyo es; mío no.
-Hm...aquí dice que unos médicos han salvado a una magnífica escritora de un cáncer casi incurable. Parece de cuento, ¿eh?
-¿Cuento? ¡En los cuentos no hay superpoblación ni crisis!
-¿Sugiere entonces que debería haber muerto?
-No, por supuesto que no, sólo...en fin, deberían haber hecho menos por ella. Seguro que ella no aporta nada a la sociedad. ¿Qué puede aportar un escritor?
-No sé, entretenimiento, ilusión, esperanza, tragedia, amor, pasión, curiosidad...
-Bá'h, bobadas, cuánto te queda por aprender, chiquillo. Esas son tonterías dignas de quien no tiene preocupaciones. La gente normal, de a pie, preocupada y trabajadora no se deja llevar por tales pamplinas.
-Bueno, quizás tenga usted razón, pero...¿acaso me niega usted que no hacen falta sentimientos en éste mundo?
-¡Eso sí que son tonterías! ¿Qué crees que es esto? ¿Una película? ¡El amor no sirve para nada!
-Pero usted está casado, ¿no?
-Sí
-¿Y no la ama usted?
-Por Dios. Claro que amo a mi mujer. Pero no voy de "maricona" por ahí expulsando amor. ¡Eso es de ineptos que piensan que el amor es necesario! Mi mujer está satisfecha conmigo y yo con ella, yo la quiero y ella me quiere.
-Y por conquistarla...¿no hizo ninguna estupidez?
-¡Ella se lanzó a mi! ¿Por quién me tomas? Yo era el mejor del equipo de fútbol.
El chico, al ver la complexión del hombre abigotado, dudó un instante, pero, intentando largar al cliente para no tener que escuchar nada más dañino para sus oídos, empezó a hablar de un libro fantástico que había empezado a leer para que el hombre abigotado, por suerte, recordase un evento importantísimo que no podía esperar.


El chico, solo de nuevo junto a sus helados de chocolate, nata, limón, almendra, coco...etc, cogió de nuevo el libro que leía desde hacía 2 ó 3 días y continuó su lectura. No sin antes percartarse de que el ambiente había calidecido por un segundo.
Mientras tanto, a pocos metros de allí, 2 chicos se besaban, una mujer se entretenía echando pan a los animales para suplir su pérdida amorosa, un hombre corría para mantenerse en forma, una pareja de amigos entrenaban a un perro, un gato se escondía en un árbol y nuestro principal protagonista, el chico psicólogo, salía triunfante de la entrevista tras haber conmovido al entrevistador. Un día redondo lleno de emociones y que sin embargo, aunque no esté en una libreta...todos lo guardamos cada día dentro de...nuestra imaginación.

domingo, 11 de abril de 2010

Decimo tercera entrada. Paradoja:


He aquí mi paradoja. Una existencial, grande y colorida.

Mi mano, suavemente rozada por plantas amarillentas de corta altura. De forma casi perpendicular se tocan, pero mi vista se centra en la marea amarilla que ante mi se ondula por la acción del viento. Viento, aquel que por mis mejillas camina descalzo, aquel que, suavemente, mueve mi pelo.
Mi mente, ahora situada en el pasado, no deja de sorprenderme. He estado prácticamente desde mis comienzos de escritor situando mi meta en una felicidad algo abstracta, en una felicidad carente de tragedia, pena, tristeza, melancolía...en una felicidad cargada de cariño, amistad, amor...y he aquí mi sorpresa cuando me doy cuenta de que en error estaba. Veo ante mis ojos tanta felicidad que quiebra mi ser al verse poco realizado. Mi afición de apoyar a gente en malos momentos se ve truncada por mi falta de inspiración. Mi escritura se ve afectada por mi falta de necesidad y a la vez de algo que tratar.
Veo en este momento un claro ojo de huracán que tiempo durará, y aunque creo que es una estupidez pedirlo, quiero que pronto vuelva la tempestad, que vuelva a necesitar intoxicarme de alma, que vuelva a contra un mundo negro arremeter con colorida prosa.
Veo ahora que aquello de cuanto me quejaba, veo aquellos de cuantos me quejaba. Deseaba ser un ignorante, y no era más que el más ignorante de todos cuantos conozco. Creía que la felicidad consistía en la necesidad de aquello no poseído cuando la felicidad es simplemente la satisfacción de aquello que es nosotros. Nuestra esencia, nuestra mente...¿qué es sin meta? No más que un trozo de tejido rosa que en muerte presenta un tono grisaceo. Nuestros sentidos no son más que nuestra forma de percibir aquello que nos rodea sin otro fin que percibirlo de forma básica.
La próxima vez que veáis una rosa intentad verla de otro modo, yo era capaz de verla de mil maneras, y ahora sólo soy capaz de verla de forma cognitiva. No soy capaz de ver aquello que por azar no se me presenta, y mi imaginación sólo se presenta cuando la música suena. Quizás pueda parecerse a antes en ese factor, pero las imágenes de ahora tratan más la soledad, las necesidades...ya no soy el superhéroe de mis sueños, mis pesadillas juegan al póker y por si fuera poco mis sueños preparan algo de limonada en su casa de campo, quedando de acompañante un simple vacío transmitido como nada cada vez que mis párpados se reencuentran.
No es fácil explicarse cuando cargado estoy de positividad, cuando mi inspiración no supera la de un lápiz y un papel, cuando todo consiste en futuro y cuando la necesidad es negativa.
Y aquí os dejo una cita que tiene mucho que ver con éste texto:
"La felicidad provoca unos polvos estupendos pero unas malas canciones" Joaquín Sabina.

viernes, 5 de febrero de 2010

Decimo segunda entrada. Cielo:


El cielo hoy está precioso, tiene un tono morado melancólico que me impulsa a cerrar los ojos, respirar profundamente con una amplia sonrisa...y volver. A cada uno de esos momentos que a mi corta vida, han valido la pena.
Volver, al momento en el que empiezas a tener memoria, recuerdo el primer sueño que recuerdo, en el que mi familia, en una fiesta, celebraban algo. Los hombres de esmoquin, las mujeres de vestidos. Los hombres con copas y puros, las mujeres junto a la mesa hablando. Los hombres de pie, las mujeres sonriendo...Lo recuerdo como si lo soñase...ahora mismo.
Con otra inspiración, recuerdo el día en que mi padre y yo, debido a la ausencia de mi madre, comimos pizza y nos dormimos pronto para, al día siguiente, despertarnos temprano para ver por primera vez a mi hermana.
Tras otra bocanada, me recuerdo jugando con compañeros de colegio, algunos que aún siguen junto a mi formándose. Todos corriendo, algunos competíamos por ver quién llegaba antes, ahora pagaría por volver a no sentir más que ganas de ganar.
Con una nueva remesa de O2 para mis pulmones, recuerdo el día que fui a la protectora de animales, recuerdo la celda en la que se encontraba Laika, mi pastor belga-pastor alemán negra, recuerdo que estaba junto a otro perro, y recuerdo que cuando llegamos a casa había vomitado una pata de gallo en el maletero.
Abro los ojos, respiro ahora de forma normal, aún con la sonrisa en la cara, la música acompaña el momento en el que en el salvapantallas de mi pc, aparecen fotos. Aparezco junto a Irene, aparezco junto a amigos, aparezco junto a mi perra...
Decido no seguir mirando, podría pasar horas, me giro a la izquierda, encuentro mi cama, y sobre ella ropa desordenada(como siempre), ahora miro más a la izquierda y veo la almohada con 2 peluches encima; ¿cuántas noches no habré dormido con uno de ellos? Lleva junto a mi desde el día de nacimiento y aún me gusta abrazarme a él, aunque sea de pequeño tamaño. Quizás mi afección por éste peluche con forma de perro me haya dado las ganas de estar acompañado por animales.
Tras ver el peluche y reflexionar sobre lo citado, recuerdo los peces de colores que había en mi casa cuando yo aún tenía 3 años, esos peces que fueron desapareciendo sin yo saber por qué(más tarde me enteré de que el ambiente no era el propicio y se morían), recuerdo el Gran Danés de mi madre, Tara, recuerdo que para mi era como un caballo indomable que me tenía cariño. Recuerdo el día que ésta parió a unos 12 cachorros junto a una placenta que pronto sería devorada por Tara, aunque, tristemente, también recuerdo que algunos murieron.
Recuerdo cuánto lloró mi madre cuando a mis 5 ó 6 años Tara tuvo que ser vendida por la alergia de mi hermana...
Recuerdo a mis 2 tortugas, aunque sólo recuerdo el nombre de Teresa. Recuerdo mi conejo apodado conejil por mi falta de imaginación.
Recuerdo mi hamster, que un día, abrió la jaula, se metió en la bolsa de su comida, que estaba junto a ésta, y con los carrillos llenos, desapareció por mi ventana mientras yo dormía.
Recuerdo los caracoles que requisé a Natura por estimarlos interesantes...
Y también recuerdo los gusanos de seda, que un buen día adquirieron alas y salieron de su caja de zapatos sin que yo me pudiese despedir.
Oh...Todo por tan precioso cielo, todo por tan precioso momento, todo por cualquier excusa, hoy era momento de recordar, todos tenemos que repasar de vez en cuando...no creéis. (^^)
Ahora que he recordado, aún sentado en mi silla móvil, miro de nuevo la ventana, está algo empañada, pero se distingue el cielo morado, sin estrellas ni nubes, pero válido para pensar. Respiro de nuevo, otros miles de momentos, miles de sonrisas...
El primer beso, el primer metro en bici, el primer amigo...
Recuerdo la megadrive de mi padre, la cuál, debido a mi persistencia, acabé adquiriendo. Recuerdo tardes jugando al Sonic 1 y otras jugando a spiderman. Las recuerdo con tanta felicidad, que mi desesperación de aquellos momentos por no avanzar en alguna pantalla me resultan ahora motivo de sonrisas emotivas.
Ahora, que todo está en presente, que el pasado está escrito, y que el futuro no se ve en bolas de cristal, me gustaría cada día experimentar ésta alegría. Me gustaría cada día sentir que cualquier página escrita en mi pasado es digna de recuerdo.
Todo ésto...me ha hecho recordar que tengo un diario, y con vuestro permiso me despido, me gustaría leer qué momentos han sido suficientemente importantes para mi como para ser apuntados en un cuaderno en mi niñez.
Espero que miréis al cielo y sonriáis. Desde aquí un saludo, un abrazo y un deseo; que paséis una feliz noche y un lindo día.