viernes, 9 de julio de 2010

Decimoctava entrada. Conversación:

-Vamos, levanta.

-¿Para qué? No paran de disparar, ¿es que no te das cuenta?

-Claro, siento tus daños a nivel microscópico. ¿No habías notado que ha desaparecido el dolor?

-Creí que fue la heroína que nos han suministrado...tú no tienes pinta de estar dolorido...o dolorida.

-No, recibo tu dolor, pero lo materializo en fuerza, destreza, agilidad y astucia que te inoculo.

-Eso es una estupidez. Lo único que siento a veces es que una bala debería cruzar mi cabeza.

-¿Qué solucionaría eso?

-Bueno, los de detrás mía tendrían lluvia de confeti...

-Tu misión te la envía el cielo. Soy yo el enviado que te defenderá en tus guerras hasta que hayas cumplido el propósito encomendado.

-¿Qué clase de Dios te envía que manda a pelear a sus hijos sabiendo quién ganará y cambiando el resultado final a su antojo? ¿No sabe que los corredores de apuestas podrían enfurecer?

-¿Y qué clase de humano eres tú que capaz eres sin problema de arremeter contra tu Dios?

-Dios será tuyo, mío no es más que todo lo que me ves puesto, la locura y las ganas de seguir vivo para cobrar una buena recompensa.

-Estás en una guerra contra las demás religiones. ¿Por qué luchas en este bando, hereje?

-Porque, al igual que muchos, necesito dinero. La economía de guerra no da muchos puestos de trabajo. O aquí o en la fábrica muriendo poco a poco sin haber conseguido nada más que un cáncer de pulmón por las emanaciones. Yo estudié, creo que merezco algo más que un cáncer al final de mi vida.

-Podrías morir en la guerra, ¿no decías que te importaba tu vida?

-Vamos, míralos, ellos son como nosotros. Cualquiera de ellos podría arrebatarme la vida, pero no lo harán. Entre sus filas hay tanto abogados como bomberos, yo soy filósofo y aquí estoy, hablando con un ángel.

-Y sin creer en Dios.

-Sigo creyendo que eres efecto de la heroína.

-No soy efecto de nada, soy el arcángel...

-¡Me da igual quién seas! Oh, ángel, si de verdad existes...para esto. Tanta sangre...tantas...¿Almas? No creo que existan, hay estúpidos que por vosotros matan.

-Sólo un necio podría hablar con un ángel y seguir creyendo que Dios no existe.

-Un necio o un hombre que se planteó a Dios como una figura misericordiosa y gentil antaño. Hoy lo cree el ser más despiadado que ha podido crearse.

-Calla, hereje, ¡injurias a tu Dios!

-No es mi Dios, es el Dios de quien muere rezando, es el Dios de los pobres, de los desamparados, de los tristes y de los minusválidos, el Dios de los desgraciados y el de los cobardes.

-Es Dios de todos.

-Pero deja morir de hambre a sus...cómo sería quien tiene por...gente siendo Dios...no me explico.

-Él es el Dios de ellos, pero ellos no son nada de él más que siervos.

-Ah, osea, que ahora son sólo siervos.

-Pero cada siervo tiene el don de la vida.

-Don que podría quitarle cualquier otro siervo si así lo desease Dios dándole esa finalidad.

-Dios encabeza este plan divino.

-Siendo todopoderoso, ¿por qué no avanza directamente al final y se deja de tanto plan?

-No cuestiones su obra.

-Si no quiere que lo cuestione, ¿para qué me da mente?

-Para que tengas la tentación y tengas la posibilidad de ser fiel, por supuesto.

-¿No sería más fácil...simplemente no dar posibilidad a tentación? Los mayores errores de nuestro mundo se dan por tentaciones.

-Loco, el ser humano es una criatura incompleta, no puede ser divino como Dios y como tal carecer de fallos naturales.

-Yo al menos tengo poya, tú no tienes nada. Soy yo como tu versión 2.0.

-Eso es realmente grosero. No necesito sexo, el placer que me da Dios es 1000 veces mayor.

-¿Orgías divinas?

-Por favor, no seas estúpido, me refiero a servirle...

-¿El té?

-Por favor, calla y dispara, basta de cháchara.

-Detén esto, así lo ordeno.

-¿Quién eres tú para dar órdenes a aquel que representa la voluntad de Dios?

-Aquel que tiene la capacidad de cambiar la voluntad de Dios.

-No puedes.

-Si me pegase un tiro todo esto acabaría.

-No puedes desafiar a Dios, es inconcebible.

-Rétame.

-No puedes...

-Cierto...

-Así me gusta, continúa con tu deber divino.

-De acuerdo...procederé a simplemente...seguir lo que para mi está escrito...seré para algunos un héroe, siendo para otro algo predecible...seré lo mismo que siempre. ¿Realmente cuál es mi finalidad?

-Destruir a los demás por no creer en tu Dios.

-¿No podría simplemente cambiarles la mente?

-No es tan fácil, podrían relevársele los que no se cambiasen de mente en un futuro porque creerían que hace con la gente lo que quiere.

-Joder...
(Quizás algún día continúe. Por hoy no tengo ganas. Por cierto, eran un ángel y un soldado en una trinchera.)

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