El tiempo no ha hecho más que carcomer mis huesos. Poco a poco me resquebrajo y sólo quedan de mi palabras unidas por nexos no materiales.
Mis cuerdas vocales no funcionan, se estrellaron al intentar decir te quiero y se rompieron al decir estoy bien.
Mis ojos no ven más allá del mar de lágrimas, pero tienen un mecanismo que hace que el mar parezca una fina película...no, mis ojos son diametralmente microscópicos...el agua los engrandece. Mis ojos son de color llanto.
Mi boca está seca y el viento destroza su piel, pero aún son capaces de besar labios exotérmicos...aún capaces de besar labios vivos.
Mis oídos dejaron de escuchar, se helaron al oír salvajadas y se negaron a escuchar lo evidente.
Mi nariz se negó a seguir sintiendo, mi nariz aún añora tu aroma y no está dispuesto a reemplazarte.
Mis brazos están llenos de heridas de todas las veces que intentaron bloquear tus golpes, mis brazos no sirven, mis brazos jugaban, a mis brazos no les queda inocencia.
Mis dedos no quieren jugar con otra piel que no sea la tuya y sólo se acostumbraron a los mecanismos que te encerraban, dejando los demás por imposibles...mis dedos están obsoletos.
Mis piernas me tiemblan, mis piernas quieren tu calor...mis piernas te quieren. Ellas no andan, me tiran, no les gusta mi camino.
Mi tórax está destrozado, lo destrozaste con tus zarpas y tus armas, armas que te donó la mismísima muerte.
Mi corazón está encerrado en una urna lejos de la sangre que contiene la mia, y aún busca su respiro...aún.
Mis pulmones están encharcados y no pueden más, pero aún me son fieles, y algún día volverán, lo sé.
Como te iba diciendo, amiga mía, el temporal no me acompaña, ni a mi ni a mis ideales, pero sabes que soy cabezota y que no volveré a mirar atrás, por eso te pido que no vuelvas más...ya de por sí me cuesta andar, respirar...demasiado como para tener que luchar contra tu recuerdo. Me bastará con que no vuelvas, con que me borres y me olvides.
Ahora he de seguir porque aún me funciona la mente...no te he hablado de ella...ella es fuerte y sensible. Te recuerda, te ama, te odia, te olvida. Mi mente no sabe jugar, sólo perder. Mi mente no tiene nombre, pero te usa a ti al pensar en su existencia, porque tú se la diste.
Quizás te pueda parecer que vale la pena ese camino...pero sabes que no, sabes que tu camino está conmigo, sabes que tu calor derretirá la nieve que me impide seguir...pero no quieres porque soy demasiado estúpido y porque valgo menos aún. Tranquila, no te culpo, ni siquiera te permitiría venir conmigo, pero quiero recordarte, amiga, que un día fuimos fuertes y que tumbamos grandes barreras...juntos.
¿Qué soy? ¿Quién soy? ... Ya ni el recuerdo...sólo la esencia de un pasado marchito y escondido en un cajón. Mi nombre aún sigue ahí, escondido, reforzado en plata destructora, reforzado entre poemas y rosas. Mi nombre es peremne y sólo lo sabes tú, que fuiste quien me bautizó.
Yo fui tu aliento y tu latido, permíteme ser nuestro olvido.
Adiós, antigua amiga.