viernes, 16 de diciembre de 2011

43ª entrada. Melancolía y manzanas con caramelo:

"Tienen un parecido, ambas son dulces."
    No sabemos muy bien por qué, pero ahí está, sentadito en su banco, en un banco frío en un caluroso verano terminal, en el calor de lo que se acaba pero sientes intensamente, en el calor de lo que apuras.
    Ahí está, junto a ella, junto a su pelo, junto a su calor, tan juntos como la física puede permitirles.
    Él mira hacia arriba, la Luna está mandando a su millar de brillantes ilusiones que se disparen a sus ojos, que lo empujen a hacerlo.
    Por más que mira no encuentra más que razones para cuestionarse. No es feliz, lleva tiempo sin serlo, y sus palabras, las que salen de la boca de la chica, son lo único que le animan el día. Sus besos le calientan los sueños de épocas glaciares y su voz chirría en su espíritu obligándolo a funcionar, mas no es feliz, nada los une, sólo besos furtivos y "te quieros" encerrados en protocolos que nadie escribió ni firmó, pero todos saben que están ahí, con tinta más visible que lo que sienten el uno por el otro.
"Tontos los enamorados que viven de su desconsuelo, nunca se quieren, se aman, pero no lo saben...y sufren."
    Ahí está, pensando cómo decirle que sus "te quieros" van más allá de lo que los protocolos dictan, que infringió sus mil leyes por estar con ella y que centinelas en sus fronteras lo vigilan, que cada palabra que dice lo condena y que sólo la muerte lo alejaría de ser la infeliz tristeza que vaga desde que le partieron el corazón.
    Ella no es del todo consciente de la situación, por su parte, la vida gira en torno al agua que fluye, entorno al aire que los rodea y entorno a las voces que los cubren. Tazas de té y café que chocan contra la porcelana en chillidos secos que les piden sinceridad, pero en idiomas que desconocen. Risas de bar y cafetería que los acorralan, enseñándole sus futuros momentos felices, enseñándoles lo que pueden ser, pero no lo son por el miedo, la angustia, los "y si's" y los largos periodos renovando el pericardio.
    Al margen del tiempo que llevan sentados, ella sobre él, el brazo de él sobre su pelo, perdiéndose en un laberinto en el que querría perderse a menudo, ella aún no se ha dado cuenta de que él está mirando hacia el telón que los cubre, el telón que les indica lo importantes que son y cuánto lo podrían ser si se escondiesen bajo sábanas.
    Por fin, ella levanta su cabeza sin molestarle y se da cuenta de la situación, preocupada, le pregunta:
-¿En qué piensas?
    Él no sabe muy bien qué contestar, así que deja hablar a su amigo, a su fiel amigo, al que coge las riendas cuando sus dedos bailan sobre las notas y escriben la partitura sin partirse, al amigo que lo apoyó y que lo apoya, a quien le debe tanto y tan poco. Su amigo, sin torcerse, comenta la verdad:
-La verdad es que no pienso, me decanto.
    Ella se extraña, muestra su confusión:
-¿Qué quieres decir?
    Él coge aire y habla, sin guiones ni amigos, sin estrategias ni armas, se lanza a un combate que sabe que perderá, desde antes de plantearse que tendrá que pelear.
-Llevo un rato cuestionándome cómo decirte que te quiero, más allá de cuantas veces lo diga, y que quiero poder decírtelo cada día, cada segundo, a cada instante y momento. Quiero poder decir que soy tuyo más allá de lo que te entregue porque tú me aceptas, quiero encontrar la manera perfecta de pedirte una vida juntos, pero no la encuentro. Quiero que sea perfecta, así que he pasado desde un "¿quieres vivir conmigo para toda nuestras vidas?" a un "me gustaría vivir contigo toda mi vida" porque es así, siento que te necesito y que no hay frase que exprese lo que te quiero decir, por éso, no te preocupes, primero encontraré la frase, luego te la soltaré. Más tarde fruncirás tus labios describiendo confusión, más no importa, lo importante es que sepas que vivo enamorado de ti y que no tienes restricciones a la hora de jugar conmigo porque no me romperé, bien porque estoy roto o bien porque una palabra tuya me recompone...quiero atreverme a ser feliz y quiero atreverme contigo.
"Y perderá, perderá el día que ella lo olvide, como olvidó sus juguetes."

2 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

La verdad es que es para reflexionar.

lo que pasa es que no es fácil encontrarle el significado perfecto de lo que se quiere trasmitir.

Sí, me ha gustado leerlo.

Miguel Ángel dijo...

Es una anécdota, todo éso ha pasado. Escribí esta entrada prediciendo qué pasaría tras que pasase ésto, evidentemente, acerté y ella se fue. Me equivoqué, sus palabras no fueron suficiente para recomponer lo que quedó.