miércoles, 5 de agosto de 2009

Séptima entrada. Precipicio

Es de noche y estoy solo, comiendo una hamburguesa, "admirando" mi ventana y el paisaje que en ella habita, ya que verlo desde fuera pierde la magia...
Es de noche y estoy solo, comiendo una hamburguesa, "pensando" sobre cuestiones triviales y estúpidas...
Es de noche y estoy solo, comiendo una hamburguesa, reconociendo una derrota contra mi mismo...
Es de noche y estoy solo, comiendo una hamburguesa, "intentando" recordar momentos felices que hayan valido la pena...
Es de noche...estoy solo...pero aún así me siento acompañado. No es una presencia extraña para mi, pero sí lo hubiese sido hace varios meses...
Es de noche...estoy acompañado...¿por qué? Ni yo mismo lo sé, nunca conseguiré hacer más que crear vagas ideas en mi cabeza a punto de explotar...
Es de noche...estoy vacío...sólo con simples almas que aporrean las paredes carnosas que las oprimen, chillando y produciéndome dolor de cabeza...
Es de noche, estoy hablando conmigo mismo...y me doy miedo...
Es de noche y estoy solo, intentando no llorar para no humillarme ante mi mismo...aún no he sido capaz de explicarme a mi mismo lo que a otros tan fácil me fue...y todo...todo está relacionado con lo mismo...
Este ser nació hace 16 años, pero despertó hace 3 meses. Su cuerpo estaba oxidado, pero sus ojos eran los más expresivos que ningún vivo pueda tener, y su mente era la creación más hermosa del ser humano. Nombre nunca ha tenido hasta este noche, ha escapado de regulares controles ajenos con éxito y nunca fue descubierto...hasta hace 3 meses. Todo empezó de la misma manera que esta noche, es un fin y un principio...es una lágrima y una sonrisa, es una canción y una muerte...es todo y nada, y sin embargo lo necesito...todo empezó con un llanto, y a esto debo la vida, su cuerpo levantó, sus músculos aún rugiendo se levantaron sin estrenar entre doloridos jadeos...se levantó sin pensarlo 2 veces y sus ojos me miraron...un cara a cara con...eso...yo, yo mismo feliz, ignorado durante tanto tiempo a la sombra de la luz que pasaba por la parte translúcida de mi piel. Sus ojos, color caramelo y a la vez del color de la tristeza se clavaron en mi subconsciente y sin mediar palabra simplemente bajé las manos, lo abracé...y sentí el calor del monstruo que nunca me ha dejado hacer nada en mi contra y el que mira por mis ojos cuando todo va mal, el que me lleva a duras penas a mi cama, me arropa y me acaricia para que mis pesadillas se diluyan en ácido. Hoy me ha quitado las ruedecitas de la bici y no he dado ni 2 pasos...soy muy débil y nunca podré hacer descansar en su oscuridad a mi mismo, cansado y con sueño, ¿soy yo el verdadero monstruo que habita en mi?¿es mi ángel?¿es una excusa?Sólo sé que no lo quiero perder nunca, es demasiado importante para mi existencia...
¿Has sentido lo mismo?

2 comentarios:

Ale dijo...

Es de noche, estás solo, e impotente. Ahora que sabes que no tienes capacidad de hacer nada, es tu deber hacer algo antes de verte consumido por la desesperación y un dolor punzante del pecho. No acabes como yo.

Ale dijo...

... o te verás obligado a renunciar a los seres a los que amas